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El tiempo transcurría con normalidad, pasaron tres días exactamente era 13 de octubre sin ninguna llamada.
Samantha se mantenía al tanto de que no robaran a su mejor amiga, siempre preguntaba dónde estaba? Cómo estaba? Y de más.
Aurora se mantenía ocupada en algunos estudios sobre las ondas cerebrales.
Algunas vez buscaba más información acerca de donde se resguarda la memoria, ella sabía como borrar la memoria y tal vez recuperarla, pero no como tal el alzheimer sino, perdida de memoria por trauma, demencia vascular, y hasta tortura.

Pequeña cara de bola — Dijo Sam con un pequeño pastel en las manos, dirigiéndose a la habitación de Aurora.

—¿ Se me hizo tarde? — Preguntó Aurora incorpirandose de inmediato en su cama, con los ojos todos adormilados, el cabello todo alborotado y enredado algo pálida.

— Wow...te volvieron a llamar? — Pregunta Samantha mientras tomaba la temperatura de Aurora.

— No boba, solo soñé...con aquel hombre, sus ojos estaban llorosos, como si...

— No tonta, no digas idioteces, ¿crees que él no quería hacerlo? Obviamente lo quería hacer.— Dice mientras comía su rebanada de pastel.

Te estas adelantando Samantha! Deja de comer eso...— Dice Aurora molesta mientras desacomodaba su cabello.

— Hey Aurora! Tengo una cita hoy...

— Ahh ¿si? ¿Con quién? — Preguntó Aurora divertida.

— Lo conocí en el restaurante, era alto, rubio, ojos azules, musculoso y sexy....

— Me estas describiendo a tu cita o ...al Capitán América? — Rie Aurora y la abraza cuidando de que el pastel no cayera al piso.

— Ya quisiera eso...— Dice Samantha.— Bueno, si lo vemos te aseguro que se fijaría en ti — Respondió Aurora; se levantó de la cama y se dispuso a ir a bañarse.

— Eso! Quítate el aroma a muerto! — Grita Samantha mientras seguía comiendo.

Aurora rodó los ojos, entro al cuarto de baño mientras se quitaba la ropa sucia.
Al momento de entrar a la ducha y mojar su cabello sintió una mezcla de temor. Aquel hombre con armadura no se lo podía sacar de la cabeza.
Ver sus ojos azules profundo la hacía gritar y no de la forma que muchas quisieran.

¿Verdad?

Salió de la ducha algo desanimada, se vistió y Samantha ya no estaba, pero su cama estaba recogida, supongo algo quiere porque tanta amabilidad era muy extraño.
Salió a la cocina mirando a su alrededor y Samantha ya no estaba, pero el desayuno estaba hecho en la mesa con una nota a lado.

"¿Me podrías prestar 50 dolares? Juro que te lo voy a pagar querida, andaaa"

Ya decía yo que era mucha amabilidad — Dijo Aurora de forma sarcástica mientras leía la nota.
Obviamente no desperdiciaría el desayuno así que lo comió con mucho gusto.

Luego de un rato ella no había ido a correr se dispuso a recoger todo el apartamento de forma profunda.
La limpieza era su parte favorita,eso cree Samantha.
Al poco rato su celular sonó, ver aquel nombre en la pantalla le heló los pensamientos, sus sentidos, todo.
Ese pequeño guardado que decía "Robert Miller" le hacía dudar de si misma. De todo; tomó el teléfono con temblorismo, suspiro y por fin respondió.

No sabía que ya eras famosa, querida. — Dijo una voz masculina.

— No era necesario decirte, estas lejos y fuera para mí.  — Respondió la joven castaña.

— Sabes que nunca quise que...— Aurora lo callo al momento.

— Ya! No me importa lo que hayas o no hayas hecho, lo hiciste y no te importó! Me dejaste y no tenía a nadie más, te importó más...— Ella se relajó,  sabia que hacer un escándalo en este momento no era lo mejor.

— Y lo siento— Respondió el hombre.

— No,no tiene perdón lo que hiciste— Contesto Aurora con lágrimas en los ojos para luego finalizar la llamada. El coraje la comía viva, los recuerdos la llevaban a la muerte, se sentía muy mal.

Se sentó en el piso de la cocina recargada en la barra y comenzó a llorar, se sentía tan mal, tan impotente pero llena de coraje de que alguna vez ella tuvo una relación hermosa, padre e hija y la perdió, al igual que su admiración más grande. La diferencia era que su padre estaba...lejos, pero su madre ya no...

Luego de unas 3 horas termino de limpiar, quería que la casa estuviese limpia para cuando fuera el cumpleaños de su mejor amiga.
La ama y en verdad lo único que quiere es que tenga un día fabuloso.

Ella miraba por el ventanal grande que daba a la calle, todo se veía bien.
O eso creía ella, porque a lo lejos en jn edificio se veía una sombra, de un hombre. 1.85m tal vez, pero...no sé veía con claridad y ella no lo notaba.
¿Él hombre de aquella vez la vigilaba?
¿Él viene por parte de aquel hombre que la llamaba?
O...¿Él es el hombre?

Aurora Miller. — Dijo una voz femenina mientras daba un azoton en la puerta, sip, era Samantha.

— ¿Qué todo bien?

— No,nada está bien! Ese imbécil no llegó, no llegó! Miller! — Dice tirando su bolso al suelo mientras movía los pies como niña pequeña.

— ¿Qué? ¿En serio?

— No como crees, lo digo con sarcasmo— Dijo con sarcasmo — Si hablo en serio!

— Ay mi niña, ven — Dice Aurora estirando los brazos.

Samantha se quitó los tacones al momento y corrió a abrazarla.
Aurora se veía muy pequeña a lado de Samantha; o Aurora era muy bajita o Samantha era muy alta, y eso era...divertido.

— Sabía que no tenía que ir...— Dice llorando mientras Aurora la abrazaba

— Tal vez se le hizo tarde...

Al poco rato sonó una notificación en el celular de Samantha.

— Creo es él...— Saca el teléfono de inmediato y revisa.

"Había mucho tráfico linda, ya llegue. Dónde estás?"

AHHH! SI ES ÉL! — Grito con emoción y le enseño el mensaje a Aurora.

—¿ Cuanto tiempo lo esperaste? — Pregunta riendo.

— 7 minutos, soy muy desesperada. — Suelta una carcajada.

— Ay boba, no puede ser...— Rie a carcajadas y niega con la cabeza.— Pregúntale si puede venir acá dile que te sentías mal.

Luego de ese mensaje, aquel chico que mencionó Samantha con gustó fue al departamento.
Aurora preparo comida rápido y luego se refugio en su habitación por si escuchaba besos o algo más...






Si? Lo di todo 🫦🫦🫦

𝘓𝘢 𝘯𝘰𝘣𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora