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A la noche de esa misma tarde el soldado del invierno había llegado con múltiples heridas.
Ella escuchaba todo el escándalo de los soldados inspeccionando que nadie lo haya seguido.
Lo golpeaban igual que a un perro indefenso, era lo que le quedaba al ser controlado.
Solo escuchaba los golpes y los quejidos de aquel hombre que en ese momento estaba incado mirando el suelo, su voz mencionando su nombre le comía el cerebro de solo acordarse.

Ella salió de aquella habitación y fue rápidamente cerca de la entrada donde lo estaban torturando.

— ¡Déjenlo!— Gritó molesta.

— Doctora regrese a dormir este no es su asunto. — Dijo uno de los hombres.

— ¡Es mi paciente y si quiero ordenó qué los mate a todos entendieron! — Gritó firme y molesta mirando la reacción de todos.

Los soldados asintieron y se alejaron a seguir cuidando el área.
Aurora corrió hasta el soldado del invierno tomándolo por el rostro cok cuidado y quitándole la máscara qué llevaba para luego ponerse de rodillas a su altura.

— ¿Estás bien? — Dijo Aurora apreciando su rostro con lastima.

El soldado asintió sin ninguna emoción solo sus ojos llenos de lágrimas.

— Perdóname por lo de hace rato...— Murmura revisando sus heridas.

— ¿Qué carajo haces? — Dice Brock llegando molesto. — Es parte de Miller, déjalo ya, debe ser fuerte.

Aurora molesta se levantó y encaro a Brock, estaba tan molesta, ver a todas esas personas alteradas, que pudieron tener familia le come el alma entera.

— No Brock, escúchame tu carajo, no sé quien eres y no me importa. ¿Crees que es fuerte? Entonces para que tu dejes de ser una mierda que se aplasta con facilidad traeré a mil hombres a patearte el culo, porque no, esto no es hacerlo fuerte, lo dañas...

Calavera la miró con sorpresa y luego miró al Soldado que estaba en el suelo aún.

— Estás cometiendo un error enorme Miller — Dijo tomándola por la barbilla. — Un error muy grande.

Un sentimiento no reconocido salió en el soldado y al ver como la tomó a la castaña se incorporó al momento y se puso a un lado de ambos.
Brock tragó saliva y soltó bruscamente a la castaña .

— Tu perro no me da miedo. — Dice desafiante.

— No es mi perro pero tenle miedo, ahora vete a tu puesto de vigilante mediocre, voy a curar al juguetito de Hydra. — Dice seria y Calavera da un paso brusco a ver su reacción la cual fue obvia porque Aurora retrocedió con algo de miedo.
El soldado se puso entre ambos y dio un paso brusco igualmente hacía Calavera.

— Sigues siendo una miedosa. — Dijo sin tener de otra, marchandose.

— Gracias otra vez...— Susurra poniendo una mano en el hombro derecho del soldado.

— Mi misión terminó.  — Dice serio y se voltea para lograr mirarla.

— Si, tu misión terminó. — Susurra y le sonríe levemente. — Ven.

Ella toma su mano derecha y empieza a caminar a la sala de emergencia, el soldado del invierno toma asiento y ahí empezó a limpiar sus heridas.

𝘓𝘢 𝘯𝘰𝘣𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora