𝘓𝘢 𝘯𝘰𝘣𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳

5

Al despertar Aurora se encontraba en un silla, atada de pies y manos.
No sabía en que lugar se encontraba pero le dolía demasiado la cabeza.

- Voy a morir, carajo voy a morir- Gritó Aurora en un cierto estado de crisis, la confusión la estaba matando.
Tan pronto como ella entró en pánico había entrado otro hombre.

Era blanco, con barba no muy bien tratada, cabello corto y una vestimenta algo peculiar.

- No sé que carajo quieren pero a quien quieran no es a mi! - Grita con desespero y aquel hombre negó con la cabeza.

- Pero si eres Aurora Miller, mis hombres serían muy estúpidos como para traer a la equivocada. Verás, el trabajo que harás no es fácil querida. - Comentó mientras caminaba en circulo.

- ¿Que trabajo? No quiero ser prostituta porfavor. - Dijo con lágrimas en los ojos mientras negaba con la cabeza.

- ¡Cállate! - Grito aquel hombre acercándose a ella de tal modo que invadiera su espacio personal.- No vas a prostituirte...tal vez, lo que harás aquí será más entretenido.

- ¿Qué haré? - Susurra intentado alejarse de él.

- Verás, tenemos hombres manipulados o...no sé como lo llames tu, pero algunos no reaccionan a nuestra "manipulación" y...ahí es donde entras tu. - La señala y sonríe.

Aurora le hizo una mueca de asco y giro su rostro para lograr ver más en su entorno.

- ¿Y si no quiero hacer nada de lo que ustedes me proponen.

- Mueres; así de sencillo ¿no? - Ríe y suspira.- Como sea tienes que hacerlo, porque los científicos de este lugar son una mierda.

- Yo no estudie nada se esto.

- Pero claro que sí, hemos visto cada uno de tus estudios, no fue en una escuela como tal pero...tienes el don, querida. - Empezaba a desatarla de las manos al tiempo que decía esto.

Ella intentaba no mirarlo y al momento de desatarla de ambas piernas sus movimientos fueron rápidos.
Golpeó su rostro con una fuerte patada y salió corriendo en cualquier dirección.

- Hija de...- Grito el hombre y se incorporó de inmediato para alcanzarla.

Correr con tacones no era su mayor fuerte por lo que era fácil alcanzarla, él hombre se abalanza a ella con facilidad y la tira al suelo haciendo que ella soltará un quejido de dolor.

- ¡No hagas eso! ¿¡Si sabes quien soy hija de puta?! - aquel hombre la levantó del cabello con fuerza y sin piedad. - Soy Calavera maldita, trátame bien.

Él la siguió jalando mientras salían a otro lado completamente diferente, habían muchos hombres con bata, aparentemente médicos.
El maquillaje de Aurora ya estaba todo corrido, aquel hombre la llevó hasta unas celdas aparentemente en donde había hombres y mujeres encerrados.

- Wuala! Tus pacientes Miller.

Aquellas personas de veían inestables en muchas formas y lucían muy raros?
Al poco rato de estar parados en el centro de todos los inestables llego otro hombre, chaparro, blanco, con lentes y cabello algo rubio. ¿O eran las canas?