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A la mañana del siguiente día, levantaron al soldado con un balde de agua helada, esta agua también cayó sobre la castaña por la posición en la que estaban, sus manos estaban entrelazadas y ambos estaban recargados en las celdas.
Ambos se asustaron y como reflejo lo primero que hicieron fue tomar un largo suspiro, sacaron al soldado con ayuda de otros dos hombres mientras Aurora apenas reaccionaba.

Oigan no! Déjenlo! — Gritó Aurora con desesperación mientras agitaba las barillas de la celda, como si fuese a quebrarlas.

Otro de los hombres abrió la celda de la castaña y del cuello la tomó para luego tirarla.
Aurora puso las manos contra el piso evitando un fuerte golpe, al momento de sentir un agarre sobre su cabello la castaña no dudo en levantarse y golpear la garganta de aquel hombre.

No me vuelvas a tocar! — Gritó molesta empujándolo hacía la celda donde estaba ella y así cerrar la reja.

La castaña miró al piso algo frustrada, sabía que no podía hacer mucho.
Mientras tanto volvió a alistarse para poder mandar al soldado...o mejor dicho para poder escapar de ahí, no podía matar a todos pero de algo estaba segura. Hydra tendría al soldado del invierno solo esta última vez.

Resulta que Steve y Natasha se iban a infiltrar para hacer que la misión de Hydra fracasara.
¿Cómo lo harán? Aurora no tiene ni idea.

Cruzo el pasillo buscando donde estaba al soldado, hasta que nuevamente escucho descargas de corrientes acompañadas de quejidos.
Aurora pudo notar que no estaban en una base corriente...ni siquiera era una base, era algún tipo de lugar en el que estaban metidos para pasar desapercibido.

Al llegar al pasillo la castaña pudo verlo alterado.
No quería ser torturado más.

Déjenlo ya...fue suficiente. — Dice la castaña con un nudo en su garganta. Le dolía tanto verlo así.

Mirando a un hombre rubio de edad mayor al parecer otro de los líderes ella seguía mostrando una postura decente y firme.

— ¿Quién es ella, disculpen? — Dijo el hombre.

— La doctora Miller...señor — Responde Brock evitando mirar a aquel hombre. — Se encarga de lavarle el cerebro...a esto — Comenta mirando con desprecio al castaño.

En ese momento James la mira como si ella misma le hubiese clavado un cuchillo en el corazón, nunca pensó que la persona por la que estaba sintiendo algo fuese la encargada de hacer su vida más un infierno.

— Paren...no va a estar preparado, no pueden seguir.

Dice la castaña intentando pasar para llegar al soldado pero fue inútil ya que dos hombres se habían puesto en su camino, tomándola por los brazos.

— Tu crees que nos vas a dar órdenes a nosotros, un peón dándole órdenes a alguien superior.— Dice el rubio acercándose a la castaña para luego proporcionarle una bofetada. — No me des órdenes, niña.

En ese momento el soldado no se pudo contener, golpeó a uno de los soldados más cercanos, lanzandolo contra la pared, estaba bastante aturdido pero eso no le impidió levantarse.
Casi llegaba a la distancia del mayor hasta que más soldados lograron electrocutarlo y volverlo a sentar.

𝘓𝘢 𝘯𝘰𝘣𝘭𝘦𝘻𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora