REUNION

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Aiko se acercó a mí, sus labios se movían con una intensidad que prometía algo más. Cuando ella me dijo..

-Muzan, tengo que irme..-su voz era una mezcla de necesidad y remordimiento, como si estuviera tan atrapada en el momento como yo.

Mi corazón latía con fuerza mientras inclinaba mi cabeza hacia ella, mis labios rozando los suyos. Al principio, el beso fue suave, un toque tierno que se transformó rápidamente en algo mucho más desesperado y ardiente. Me dejé llevar por la pasión, mis labios explorando los suyos con una intensidad que parecía hablar por sí misma. Mi lengua encontró la suya en un baile frenético, y cada roce, cada presión, era una promesa de lo que aún no había sido dicho.

Cuando me separé lentamente, apenas un milímetro entre nuestros labios, Aiko acarició mis mejillas con una dulzura que contrastaba con la pasión que acabábamos de compartir. Su voz era un susurro que me hizo sentir como si el mundo hubiera dejado de girar por un momento. 

-Te extrañé, y mucho. No te vayas. Cuando vuelva, necesito hablar contigo..-

Le respondí con una sonrisa que mezclaba ternura y picardía..-En mi mundo, no hay nada más gratificante que saber que eres mía. Cada segundo que pasamos juntos es un regalo, y cada vez que te veo, me haces desear estar aún más contigo..-

Aiko soltó una risa llena de alegría, su risa era contagiosa, envolviendo la habitación con su melodía. Se levantó, ajustando su ropa y tratando de cubrir los signos de nuestra pasión compartida. Mientras lo hacía, me acerqué a ella y destapé deliberadamente uno de los chupetones en su cuello.

-Quiero que todos sepan que eres mía..-le dije con un tono posesivo que no intenté ocultar. Mi mirada estaba fija en ella, reflejando la certeza de lo que sentía.

Aiko, con una sonrisa que mezclaba complicidad y desafío, dejó un último beso en mis labios. Justo cuando estaba a punto de separarse, la tomé por la cintura y la atraje hacia mí..-No sabes cuánto he sufrido por ti..-murmuré, mi voz cargada de una emoción que no podía ocultar.

Ella respondió con una comprensión que solo aumentó mi deseo..-Créeme, lo sé. He vivido lo mismo..-

Finalmente, se separó de mí, y al verla irse, el recuerdo de lo que habíamos compartido me envolvió. Mientras la veía alejarse, una oleada de emoción me invadió, llenando mi pecho con una mezcla de felicidad y frustración. Me dejé caer en la cama, mi rostro escondido en una almohada, mientras una sonrisa de satisfacción se extendía por mis labios. Cada recuerdo de nuestra noche juntos, cada caricia, cada beso, era un recordatorio de lo que habíamos vivido y de lo que aún nos esperaba.

POV AIKO

Bajé las escaleras con un entusiasmo que no podía contener, cada paso era una explosión de alegría y satisfacción. Mi corazón aún latía con la emoción de lo que había pasado con Muzan, y mi mente se aferraba a cada instante compartido. La memoria de su piel contra la mía, el calor de sus labios, y las promesas susurradas eran como una melodía que resonaba en mi cabeza.

Al cruzar el pasillo, vi a Hange en la distancia. La miré con una sonrisa que no podía esconder. Antes de que pudiera siquiera abrir la boca para disculparme por mi reacción anterior, me lancé a sus brazos en un abrazo cálido.

-Gracias por existir..-le dije con un tono sincero, sintiendo la necesidad de mostrar mi gratitud de alguna manera. Hange, algo sorprendida, me devolvió el abrazo y se apartó con una sonrisa.

Continué mi camino, mi mente aún envuelta en pensamientos sobre Muzan. La manera en que nos habíamos conectado, la forma en que me había hecho sentir, todo eso estaba grabado en mi memoria. Sentía una mezcla de orgullo y satisfacción por cómo había manejado la situación y cómo Muzan había respondido a mis avances.

La flor azul y los ojos carmín - (Muzan Kibutsuji || KNY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora