Capítulo 43

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**ESTE CAPÍTULO CONTIENTE TEMAS DELICADOS. HE INTENTADO NARRARLO DE LA FORMA MAS RESPETABLE Y CUIDADOSA POSIBLE. TAMBIÉN ES EL CAPÍTULO MÁS LARGO DE LA HISTORIA, ESPERO QUE NO SE OS HAGA PESADO**

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ALANA

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— Irina —me acerqué lentamente al ver a la rusa cerca de la puerta del hotel.

La pelirroja se giró al escuchar mi voz y su expresión facial se tensó. Se subió las gafas y se las colocó bien mientras se cruzaba de brazos y me miraba avergonzada.

— Hola —la saludé esbozando una sonrisa sincera.

— Hola —balbuceó nerviosa —. Lo siento, no sé en qué estaba pensando.

— No te preocupes, no fue nada. Solamente quería hablar contigo porque no quiero perderte. De todo esto eres lo mejor que hay... —murmuré con inquietud.

No pude estarme quieta, caminaba por el hall del hotel incapaz de tranquilizarme. Ella estaba quieta,  aunque nerviosa, probablemente mucho más que yo, pero supo aguantar mejor la compostura. Quizás ya estaba acostumbrada y no era la primera vez que le pasaba algo así, Irina podría llegar a ser muy fría y muchísimo más inexpresiva que Héctor.

— Bueno, eso de que soy lo mejor que hay... —respiró hondo y relajó el cuerpo —. No es del todo cierto, te prometo una conversación cuando todo esto pase. No creo conveniente que sea el mejor momento.

— Vale —sonreí —, perfecto. De verdad que está olvidado, a mí no me supone ningún problema.

— Tranquila, lo sé. A veces la cago porque soy impulsiva, esa noche se me fue la cabeza porque tuve una conversación con Marc y Nicolai antes y no estaba en mis plenas facultades. Que no es excusa, pero bueno si a ti no te supone un problema genial —asintió y me acarició los brazos.

— ¿Con Marc y Nico? —pregunté en un intento de que la conversación no se congelara en aquel momento.

No quise quedarme en silencio, incómoda a esperar a que Héctor bajara de la habitación. Irina era mi amiga, pero por como actuaba a veces me di cuenta de que no la conocía bien. Y no me daba miedo, pero quedarme a solas con ella en una situación tan delicada no fue algo que quisiera vivir. No al menos aquella noche.

El tema del beso estaba zanjado, yo no le di mucha importancia, incluso me olvidé por momentos de lo que había ocurrido. Estaba más preocupada por ella, sabía que se solía rayar y se alejaba cuando la cagaba y no podía permitirme perderla. Irina se convirtió en alguien tan importante para mí que no pude pasar página. Estaba dispuesta a ir con todo con tal de hablarlo y arreglar las pequeñas diferencias. Quise hacerle ver que no pasaba nada y que dentro de lo malo, fue algo sin importancia. Me hubiera gustado saber porqué lo hizo, pero no quería presionarla y que se alejara. Bastante teníamos encima como para complicarlo todo más.

ERROR 707 ▪︎ HÉCTOR FORTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora