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una vez que hyeri y sakuya se habían quedado a solas, ésta primera volteó a ver al chico, quién mantenía un semblante serio, y parecía no tener intenciones de entablar demasiada conversación.

— entonces, sakuya. — dijo con una sonrisa mientras se dirigía al mencionado. — ¿te gustaría un tour por el lugar? — no recibió más respuesta que un movimiento de cabeza por parte del pelinegro, el cuál dió a entender un "sí". — ¡bien!, entonces arriba, vamos.

el adolescente se levantó y se dispuso a seguir a la mujer que ya estaba atravesando la puerta a la entrada principal del orfanato.

mientras hyeri le mostraba cada lugar, él sentía miedo, nervios y cierta preocupación.

se veía como un lugar agradable, cálido y con personas de confianza, claro que sí, pero no se sentiría cómodo allí sabiendo que mientras él pasaba tiempo recibiendo tratamiento psicológico, buenos tratos, comida, etc, su madre probablemente seguiría viviendo el mismo infierno de antes con su padre. ella dijo que iría a buscarlo, pero nunca dijo cuándo.

además, su padre ya debe haber notado la desaparición del pelinegro, y no quiere nisiquiera imaginarse la terrible situación en su casa gracias a la ausencia de sakuya.

los últimos 15 minutos, fueron recorrer el lugar con hyeri, ella se esmeraba en explicarle cada sitio al chico, mientras que éste escuchaba sus palabras borrosas en su mente, ya que se encontraba atosigado de pensamientos.

sus pies los llevaban por inercia a seguir a la mujer que lo guiaba, sin prestarle demasiada atención a dónde estaban yendo.

de repente, pareció volver a la realidad y despertar de su burbuja mental de pensamientos.

miró a su alrededor, y se encontraba entrando a un pasillo con un montón de puertas frente a frente y lado a lado.

— éstos son los dormitorios de todos nuestros chicos. — indicó hyeri caminando directamente a una de las puertas en específico. — y ésta, será tu habitación, sakuya. — tocó la puerta dos veces. — déjame presentarte a tu compañero de habitación.

lo que le faltaba, un compañero de habitación.

sakuya siempre había preferido hacer las cosas solo, estar solo y tener su tiempo para él mismo.

sabía que estaba en un orfanato ahora, y que no podía ser demasiado selectivo, ¡pero vamos!, apenas podía lidiar consigo mismo, definitivamente no tendría paciencia para estar acompañado de un chico de su edad.

visualizó cómo la puerta anteriormente golpeada, se abrió, revelando a un chico (claramente de su edad), con el pelo castaño oscuro, más bajo que él, y una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡señorita hyeri! — habló con un tono de voz feliz mientras se abalanzaba hacia la mujer dándole un abrazo.

— ¡hola ryo! — dijo la mencionada correspondiendo al abrazo del más bajo. — mira, te presento a fujinaga sakuya de 15 años, viene de saitama y se quedará con nosotros por un tiempo, él será tu nuevo compañero de habitación. — hyeri se volteó, ahora dirigiéndose al contrario. — sakuya, él es hirose ryo también de 15 años, ya lleva bastante tiempo aquí, es un chico muy social, amable y cariñoso, estoy segura de que te ayudará a que puedas adaptarte bien.

— ¡gusto en conocerte, sakuya! — el pelimarrón volvió a hablar en ese mismo tono de voz feliz que hace rato.

— igual... — respondió quizás un poco más seco de lo que hubiera querido, pero fue lo que le salió en el momento.

— bueno chicos, los dejo para que puedas acomodarte en la habitación y ordenar tus cosas, ryo, ya dentro de un rato estará listo el desayuno, conoces los horarios así que lleva a sakuya al comedor contigo. — comentó hyeri.

— ¡claro que sí, señorita! lo cuidaré bien.

finalmente, la mujer se fue, dejando a ambos jovenes solos.

— ¿traes muchas cosas?, ¿quieres que te ayude con algo? — preguntó ryo dirigiéndose al más alto.

sakuya no entendía si el chico estaba ciego o no, pero él literalmente no había traído nada más que su mochila y su bolso escolar.

— sólo traje esto. — respondió con un tono de obviedad enseñándole su mochila y bolso.

— oh... perdón. — el pelimarrón rió tiernamente con nerviosismo.

el más alto se sintió bastante descolocado al ver la sonrisa de su contrario, fue como que su corazón se sintió más calido al igual que sus mejillas, extrañamente era la sonrisa más bonita que había visto en su vida.

<<lindo>> pensó.

— ¿vas a dejarme entrar? — preguntó sakuya luego de salir de sus raros pensamientos.

— ¿huh...? ¡ay, perdón! — ryo salió rápidamente de la puerta después de notar que todo este tiempo estuvo tapándole el paso al más alto. — perdón, perdón, lo siento. — se disculpó avergonzado.

¿por qué estaba disculpándose tanto y por qué parecía un niño pequeño?... ¿acaso estaba actuando tierno a propósito? porque le salía demasiado bien.

— n-no te preocupes. — tartamudeó sin saber por qué, y ya sin más entró a la habitación siendo seguido por el otro chico.

— vienes de saitama, ¿cierto?, ¿te irás de nuevo?, ¿cuánto tiempo te quedarás?, ¿volverán a buscarte?, ¿por qué viniste?, la de la derecha es mi cama por cierto, tú usarás la de la izquierda, ¡oh! y puedes poner tus cosas por ahí, te ayudaré a acomodarlas si quieres... el clóset es un poco pequeño y yo acaparo casi todo el espacio porque tengo demasiada ropa, ¡solo trajiste una mochila! no creo que tengas mucha ropa ahí, pero no te preocupes, te prestaré la mía si quieres... iremos a desayunar en un rato, ¿qué comida te gusta más? ¡la comida de aquí es deliciosa! — habló rápidamente con una sonrisa.

sakuya se quedó boquiabierto viendo como el contrario dijo todo eso solo en cuestión de segundos, fue como si hubiera rapeado.

apenas había llegado y ya tenía algo más que claro; existía un contraste de personalidades gigante entre su compañero de habitación y él.

❝wish u❞ | sakuryoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora