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apenas llegaron al colegio, ryo se separó de sakuya porque este primero iría a comprar algo para desayunar. habían llegado bastante temprano y tendrían tiempo de sobra para comer antes de que empezaran las clases.

cuando sakuya ingresó primero al salón de clases, notó que no había nadie adentro, faltaban más de 30 minutos para que sea la hora de entrada, era obvio que sus compañeros aún no llegarían.

bueno, el salón estaría completamente desolado de no ser por una figura femenina sentada en su lugar correspondiente, era hokazono iroha. una chica que si bien, no hablaba mucho ni llamaba demasiado la atención en clase, cuando lo hacía, solía tener un carácter muy fuerte y prepotente, definitivamente, no era del agrado de fujinaga.

sakuya podrá nunca haber tenido pareja en su vida, pero no era tonto; en varias ocasiones había descubierto a la chica observándolo y desviando la mirada cada que hacían contacto visual, además de escucharla con sus amigas cuchicheando sobre él, no eran para nada disimuladas.

a pesar de estas cosas, no sería un maleducado, por lo que al entrar al salón le dió los buenos días a iroha de una forma corta y concisa, tratando de dejar en claro que no tenía intenciones de hacer conversación con ella.

cosa que esta no entendió o no quiso entender, porque cuando sakuya se estaba dirigiendo a su lugar, escuchó los pasos de la chica acercándose a él, y seguido de eso sintió su camisa jalarse un poco, era ella llamando su atención.

— ¿sí? dime. — preguntó volteándose a verla.

— uhm, bueno... yo... quería decirte algo, aprovechando que tenemos un tiempo a solas. — habló tímidamente.

<< ¿"un tiempo a solas"? no, no, no, señorita. el amor de mi vida está a punto de pisar este salón de clases, así que nada de ilusiones. >>

— te escucho. — respondió con un tono educado, su madre lo había criado demasiado bien como para tener un mal carácter con una chica.

— verás, sakuya... sé que no hemos hablado mucho antes — comenzó a jugar con sus dedos demostrando nervios. — pero desde que llegaste te estuve mirando, y de verdad pienso que eres muy guapo, y amable también...

<< okay, genial, muchas gracias... pero, ¿cuándo llega ryo? >>

— oh, gracias iroha, me halagas mucho de verdad. — esbozó una pequeña sonrisa que lo único que irradiaba era incomodidad.

— no es un halago... b-bueno, a lo que voy es que... — suspiró nerviosamente y tomó las manos del pelinegro. — quería decirte que me gustas mucho, y me encantaría que pudiéramos empezar a conocernos más... ya sabes, quizás yo podría gustarte también, y empezar a salir...

era algo que fujinaga ya se veía venir, pero no se había preparado con anticipación para dar una respuesta, lo había tomado completamente por sorpresa.

no pensaba ser grosero con la chica, ni tampoco darle el rechazo de su vida, así que se calmó internamente y pensó con claridad qué decir.

— uhm, enserio aprecio mucho que hayas decidido decírmelo, pero no puedo corresponderte. — suspiró. — lo siento, pero no siento lo mismo, iroha. — dijo soltándose delicadamente del agarre de la chica y retrocediendo unos cuantos pasos de ella.

un silencio obviamente incómodo se formó en el salón, y sakuya deseó que la pelinegra acepte su rechazo de buena forma, aunque bueno, eso no pasó.

— ¡¿estás bromeando?! — gritó levantando la voz en un tono muy agudo, esta era la iroha que a sakuya no le agradaba en lo absoluto. — ¿te atreves a rechazarme? ¡debes estar jodido de la cabeza!

❝wish u❞ | sakuryoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora