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finalmente y después de tanto pensar, analizar, crear un plan y armarse de valor; sakuya se le declararía oficialmente a ryo.

creo que ambos jovenes ya tienen más que claro que se gustan, porque bueno, ¿qué tan normal es andar por la vida tratándose como novios sin serlo? ya los dos habían llegado a la conclusión de que entre ellos habían más sentimientos además de simple amistad.

aunque ninguno se había atrevido a dar el gran paso de confesarse oficialmente y admitir frente a frente lo enamorados que estaban del otro, ya después de mucho, sakuya decidió que él daría el primer paso.

ya tenía todo planeado, después de terminar con las actividades del colegio, llevaría a hirose a la terraza de la institución, que bueno, se había convertido en una especie de "lugar secreto" que solo ellos dos compartían, el lugar en donde compartían cariños, palabras bonitas, se daban besitos, y simplemente, su lugar especial.

fujinaga no pensaba hacer algo demasiado grande, en realidad, no sabía cómo hacer una declaración. lo único más romántico que se le había ocurrido, era llevarse a ryo a la terraza y mediante una pequeña charla, confesarle todo lo que sentía por él y concluir pidiéndole que sea su novio de una vez por todas, ¿qué podría salir mal?

el pelinegro ya tenía pequeñas sospechas de que su mayor gustaba de él, con el paso del tiempo, sus tratos comenzaron a distanciarse más del lado amistoso y pasaron a ser contactos que demostraban más amor que cualquier otra cosa; por lo que sakuya estaba seguro de algo, el pelimarrón definitivamente aceptaría su propuesta.

— ¿me acompañas a la terraza después de que terminemos nuestras actividades? — preguntó con las mejillas un poco rojizas.

— ¿huh...? claro, vayamos. — contestó con una sonrisa.

su primera clase del día estaba a punto de comenzar, y todavía quedaba bastante tiempo hasta que sea la hora de subir a la terraza, así que fujinaga podía pensar bien qué decirle al chico para una vez que lo tenga en frente.

después de todo, no quería ponerse nervioso, terminar siendo atacado por su dislexia, trabarse al hablar, decir cosas sin sentido, y terminar lanzándose de la terraza boca abajo por la vergüenza.

no podía permitirse ponerse nervioso, no ahora.

las clases transcurrieron con normalidad y el día hubiera pasado como uno aburrido de no ser por la gran explosión de diferentes emociones que sakuya estaba sintiendo en su interior.

después de largas horas, ya faltaban menos de 15 minutos para que las actividades terminaran y ya después pudieran dirigirse a la terraza.

— ¿te sucede algo? estás muy callado y pensativo. — escuchó la suave voz de hirose hacia él.

— solo estoy un poco nervioso. — rió bajito viendo la cara de confusión contraria. — pronto sabrás por qué.

apenas soltó esas palabras, la recepcionista de la dirección entró al salón, llamando la atención de todos los presentes, incluídos ambos chicos.

— fujinaga sakuya, te necesitan en la oficina del director. — comunicó la mujer, para posteriormente salir del salón.

todas las miradas se dirigieron al nombrado, y este solo pudo poner sus ojos en su compañero de asiento y hacerle una pequeña seña, antes de levantarse de su lugar.

— con permiso, profesor. — dijo el pelinegro haciendo una reverencia hacia el docente, antes de salir del salón.

con pasos vagos y hasta un poco nerviosos, sakuya fue hasta la dirección, pensando en cuál podría ser el motivo de su llamado allí esta vez; quizás era su madre queriendo comunicarse con él como constantemente lo hacía mediante llamadas.

❝wish u❞ | sakuryoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora