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sakuya sobrevivió a su primer día en el orfanato más fácil de lo que creyó aunque tuvo muchos pensamientos en su cabeza; su madre, su padre, cómo debe estar todo su casa, etc.

no habló mucho durante el día, trató de socializar un poco con los demás chicos del orfanato, solamente para que no se llevaran una mala primera impresión de él, sakuya no era alguien malo o presumido, simplemente le costaba confiar en las personas, y no era demasiado comunicativo.

hoy había hablado con algunos chicos durante los horarios de comida y recesos, sin embargo, el propio pelinegro no habría querido extender demasiado sus conversaciones.

excepto por cierto chico...

— ¡y así fue cómo terminé golpeándolo!

— ¿cómo dijiste que se llamaba...? — así es, sakuya estaba realmente inmerso en la quizás ya onceava historia que le estaba contando su compañero de habitación, ryo.

ambos jovenes se encontraban en sentados en sus respectivas camas frente a frente, conversando de cualquier tema aleatorio que el pelimarrón sacaba sabrá dios de dónde.

apenas llevaban un día conociéndose, y aunque al principio, al pelinegro no le cayó demasiado bien, ryo se encargó de hacerle compañía todo el día e hizo lo que pudo para adaptarlo al lugar, algo que el recién llegado valoró al instante.

sakuya siempre detestó a las personas habladoras, porque le desesperaban demasiado, pero ryo definitivamente tenía un algo que hacía que se interesara en él.

— maeda riku, creo que lo viste hoy.

— uhm... tendrás que mostrarme quién es mañana, porque no tengo ni idea.

— está bien. — contestó ryo soltando una de sus características risitas, que hacían acelerar el corazón de sakuya.

<< qué tierno se vé riendo >> pensó el pelinegro.

dos horas antes habían completado su última comida del día; la cena, y según los horarios del orfanato, después de cenar todos los chicos debían ingresar a sus habitaciones y prepararse para dormir.

— deberíamos acostarnos ya. — mencionó el pelimarrón en una especie de susurro, que su contrario logró oir.

— ¿qué hora es?

— 22:03 p.m — dijo ryo luego de mirar el pequeño reloj que tenía sobre la mesita de noche al lado de su cama.

— oh... supongo que sí. — habló con un tono de trusteza, pues sería la primera vez que dormiría fuera de su casa.

— mañana empezarás a estudiar, y nos levantamos a las 06:00 a.m para ello, cuanto más descansemos, mejor. — comentó el más bajo mientras acomodaba su almohada.

— estoy algo nervioso por eso. — dijo mientras imitaba la acción del contrario.

— ¡no deberías! creeme que todos son bastante inclusivos, no tendrán problemas en aceptarte.

— pareces conocer mucho de aquí... ¿llevas ya mucho tiempo? — preguntó acomodándose ya en su cama.

— bueno... — suspiró. — he crecido aquí, llegué a los 4 años, después de haber quedado huérfano.

sakuya se estremeció de pies a cabeza.

— ¡perdón!, dios mio, no debí haber preguntado, de verdad lo lamento, no es necesario que me-

— ¡no! no te preocupes. — rió, el sonido de su risa calmó a sakuya. — no es un tema del que me moleste hablar, de hecho, puedes preguntar lo que quieras.

❝wish u❞ | sakuryoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora