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— no tengo tantas ganas de ir hoy. — comentó el pelinegro mientras se ponía los zapatos.

— ¿deberíamos quedarnos entonces? — preguntó hirose.

— no... sé que te encantan los sábados de películas. — habló sonriendo. — hay que ir.

— aún así ~ podemos quedarnos en el dormitorio y hacer cualquier otra cosa, siempre vamos a ver películas porque yo quiero, ahora quiero hacer algo que tú quieras. — dijo el pelimarrón feliz.

en el orfanato, los jóvenes solían reunirse los sábados por la noche a ver una película, actividad que era conocida como "sábados de películas"

era un hecho que los hospedados no tenían libre acceso a un teléfono celular ni mucho menos a internet, por lo que si tenían ganas de ver las películas o series del momento, debían juntarse todos en la sala de proyecciones los sábados y disfrutar juntos de la programación.

fujinaga sabía lo mucho que su tierno compañero de habitación adoraba esta actividad, y por eso, iban todos los sábados.

— ¿estás seguro? — interrogó el menor viendo como el contrario asentía con su cabeza. — ¿no te enojarás conmigo si no vamos hoy? — interrogó nuevamente y esta vez, el pelimarrón negó con su cabeza como respuesta.

— con una condición. — rió maliciosamente. — no me enojaré... si me das un besito. — dijo acercando su cara a la de sakuya.

— mmm... si lo pides así. — se acercó a los labios ajenos y sonrió al ver cómo el mayor ya cerraba sus ojos esperando el beso, sin embargo y con maldad, fujinaga cambió su dirección dejando un pequeño besito en su cachete.

— ¡oye! ¡así no era! — se quejó mientras que el otro se alejaba de él.

— pediste un beso.

— sí, pero...

— ¿pero? — preguntó tratando de aguantar las ganas de reír.

— pero... nada. — contestó rodando los ojos. — eres un tonto.

sakuya no era un tonto, claro que sabía en dónde debería haber ido ese beso, solo quería molestar al mayor un poco.

de hecho, ya lo había molestado lo suficiente.

— ¡yah ~! no te enojes conmigo. — dijo volviendo a acercarse al pelimarrón tomando su mentón con delicadeza para plantar un pequeño besito en sus labios. — ya está ~

rápidamente las mejillas de hirose se tornaron de un color carmesí fuerte, y su corazón apresuró su ritmo notablemente. se habían besado ya tantas veces, pero ryo nunca terminaría de acostumbrarse a la sensación de las maripositas en su interior.

— ya es tarde, ya me enojé. — fingió molestia cruzando sus brazos y haciendo un pequeño berrinche.

— mmm... ¿debo besarte más entonces? — preguntó sakuya haciendo su voz más gruesa de lo habitual y acercándose peligrosamente a los belfos contrarios.

todo era una estrategia para poner nervioso a hirose, pues el menor se había dado cuenta de que su voz gruesa tenía cierto efecto en el pelimarrón.

su voz ya era gruesa de por sí, pero podía hacerla aún más profunda, y lo hacía cada vez que quería poner nervioso al mayor.

❝wish u❞ | sakuryoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora