Capítulo 27

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Lea permanecía a su lado como una sombra silenciosa. Filly estaba acostumbrada a ser ella la alegre que necesitaba de alguien más maduro para impedir que cruzase la línea. Pero esta vez ella también se encontraba seria. Saber que había sido su madre la que había encerrado a Mia y a sus hijas hizo que un torrente de emociones se agolparan en su cabeza. Era algo que nunca creyó que llegaría a sentir. Traición. Vergüenza. Soledad. Tristeza. Ira. Se controlaba todo lo que podía. Sin embargo las palabras de sus hermanas la enfermaban:

─Era necesario hacerlo. Un mal menor. Herir a unas pocas ninfas por el bien del resto. –Decía convencida una de ellas.

─Habían perdido el norte. Apoyaban más a los humanos que a las de su misma especie. Teníamos que luchar por nosotras.─ Intervino otra.

─ ¿Qué esperabais conseguir manteniendo encerradas a vuestras hermanas mientras matabais a sus hijos?─ El enfado de Filly era palpable, y aún así ellas seguían sin darle una respuesta válida para su comportamiento.

─Los animales eran un daño colateral. El objetivo era que los humanos murieran. Una vez exterminados el problema se habría resuelto y soltaríamos a nuestras hermanas. El tiempo nos daría la razón.─ Las palabras de la ninfa eran seguras, aún así Filly esperaba que no se las creyese. Rezaba en su interior para que se dieran cuenta del error en sus palabras, del sacrificio que pedían en nombre de la paz.

─El exterminio de una especie no puede ser la solución a ningún problema. ─masculló─ No consultasteis con el resto de vuestras hermanas, preferisteis pactar con unos humanos para que acabaran con su propia especie, ¿Qué haríais cuando hubieseis terminado? ¿Matadlos a ellos también, a los que fueron vuestros aliados?

─Iban a morir los últimos. De todas formas no merecían vivir, eran unos traidores. Pretendían que matáramos poco a poco a nuestras hermanas para después acabar con nosotras cuando ya estuviésemos débiles. Era un plan vil, que no supieron esconder.

─Era el mismo plan que teníais vosotras.─ Por más que la rabia la cegase Filly sabía que los ideales de sus hermanas eran erróneos. No podía entender como una ninfa podía desear daño.

─No son las mismas razones. Ellos lo hacen por ambición y envidia. Quieren ser los primeros en la escala de mando porque se saben inferiores. ─La ninfa paseo a su alrededor en un intento de intimidación, obligándola a desplazarse si quería tenerla a la vista. Pero ellas no se inmutaron, permanecieron quietas en su lugar, desafiantes.─ Nosotras lo hacemos por supervivencia, por el bien de nuestra especie.

─Eso es algo que debería decidir la totalidad de la especie. Solo estoy oyendo excusas y no las que esperaba.─ Filly notó la mano de Lea en su hombro. Debía tranquilizarse. Pero el dolor de saber que tu propia familia ha traicionado su naturaleza de la peor de las maneras era grande. Todas sus convicciones se venían abajo. Lo que un día fueron certezas hoy eran dudas. Miró a las ninfas de la tierra que las rodeaban, observando en silencio, y supo que no todas estaban de acuerdo con la decisión de Kasai. Pero ninguna tenía el valor de hablar. Era decepcionante.

─No escuchas las excusas que quieres porque no preguntas a las hermanas adecuadas.─Una rubia melena surgió de entre los árboles tomando la palabra.─ Nuestra madre no habla a través de ellas. Las razones que ella te va a dar tal vez no justifican los actos, pero son más respetables que las que te darán ninguna de ellas.

─En ese caso quiero escucharlas.─ Afirmó comenzando a andar. No tenía intención de quedarse poniendo a prueba su control.

La ninfa desconocida no contestó, se limitó a adentrarse entre los árboles. Lea la siguió con rapidez, formando flores en los troncos, combinando colores vivos en contraste con los pálidos verdes y pardos del lugar. Filly sabía por esa práctica que estaba nerviosa. Lea era una ninfa tranquila y justa, algo estrafalaria en ocasiones, pero jamás permitía que pasara un mal ante ella. Los últimos acontecimientos perturbaban su calmada mente. Necesitaba volver a la paz. Y sin embargo temía que la paz se alejaba cada vez más. Y no era la única que lo notaba. Las ninfas estaban inquietas. No por el miedo a la batalla, que sabían ya ganada. Si no porque el sufrimiento y la oscuridad que siguen a una batalla las daña más que las espadas. Una vez que acabas con una vida nunca lo olvidas. Las ninfas no mataban. Ni siquiera para comer. No tenían necesidad. Y por ello la muerte era algo que desconocían. Mientras se movían en busca de su madre, Filly pensaba en su especie y en los cambios que supondrían para ellas esa batalla. Pensaba en la decisión de su madre. Dudaba que el plan de Kasai fuera tal y como lo había narrado esa ninfa. Su madre no podía querer tanta muerte. Se negaba a creerlo.

─La mayoría no querían hacerlo.─ Habló su guía al cabo del tiempo. ─ Pero es más complicado de lo que pueda parecer. Nuestra madre nunca se ha equivocado. Admitir que su desesperación la ha llevado a cometer un grave error no es fácil. Es hija de una diosa, y como tal esperamos de ella sabiduría. ¿Cómo debemos reaccionar si nuestras líderes están pérdidas? ¿A qué debemos creer? Es más sencillo no pensar en eso. Confiar ciegamente y esperar que no haya consecuencias fatales. Ahora se arrepienten. Tal vez si no hubieras estado desterrada te habrías unido a nosotras. Entonces comprenderías.

─Lo comprendo. Pero no por ello mi decepción es menor. No por ser hijas de la diosa tienen todas las respuestas. ─Dijo recordando las palabras de Hiraky.─ No son omnipotentes, y la presión de saber que todas lo creen puede llevarlas a errores. Pero debió consultar a sus hijas, a sus hermanas. Debió admitir que no sabía cómo seguir y pedir ayuda. Eso es lo que hacen los líderes.

─Eso es algo que sabe ahora, y esperemos que no lo olvide. De todas formas ya hemos llegado, que sea ella quien se excuse.

Llegaron a una extraña formación rocosa. Una gran piedra grisácea totalmente hueca se alzaba en el centro de un círculo de piedras de todos los tipos, tamaños y colores. Filly sonrió extasiada ante las combinaciones de tan raras piedras, disfrutando de la sensación de la gravilla en sus pies desnudos. Lea sin embargo echaba en falta vegetación en esa explanada. Pero allí no se encontraba Kasai. En su lugar había una pálida ninfa subida en lo alto de la roca. Bajo ágilmente a donde se encontraban y se posó ante ellas.

─Han convocado una asamblea para Kasai. La juzgarán por su crimen. Se marchó hace apenas unos instantes.─ Sin esperar una respuesta subió de nuevo a la roca y comenzó a provocar una lluvia de piedrecitas de colores.

Filly no supo ponerle nombre a sus sentimientos en ese momento. Hiraky no le dijo que la asamblea era para Kasai. Supuso que sería para buscar una solución al problema del Yori Takai. Por muy enfadada que estuviera con su madre por las decisiones que había tomado lo único que quería era volverla a ver. La culpa quemaba su interior sin saber la razón. Al cerrar los ojos una lágrima resbaló de sus ojos por primera vez en su vida. Solo pudo esperar inocentemente que también fuera la última.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2015 ⏰

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