Capítulo 13

207 10 0
                                    

Akio los ayudó a prepararlo todo. Los víveres, armas, utensilios… Estaba acostumbrada, pues siempre  hacia el equipaje para los hombres de la casa cuando estos viajaban. Era el destino que   I-Shui quería evitar para Saiko.

Mientras Akio trabajaba fueron a la botica a preguntar por el veneno. Estaba por la zona alta de la ciudad, dado que al ejercer también como médico Hayato se favorecía  de una alta posición social.

Entraron en la tienda observándolo todo a su alrededor: había incontables botes de cristal que contenían desconocidas sustancias, herramientas médicas cuya función asustaba preguntar, plantas de diversos colores que perfumaban el lugar, estanterías llenas de libros y baúles de madera cerrados con candados.

-Buenos días, Hayato.

-Himerish. Que sorpresa tan agradable.- Dijo pausadamente un hombre de unos cuarenta años cuya vestimenta oscura hacía que se camuflara en el ambiente.- ¿De qué precisas?

-Traigo una muestra de algún tipo de veneno. Necesito que me digas sus efectos, su precio, quién lo ha obtenido y existencias de su antídoto.

-Mmm… ¿Puedo quedármelo hoy? Mañana responderé a tus preguntas.

-Por supuesto.

-Supongo que no debería preguntar para que necesitas esta información.

-No, no deberías. Créeme Hayato, es lo mejor para ti.

-Ya, lógicamente. Entonces tampoco tendrá nada que ver con las ¨sombras¨, ¿No?- Preguntó levantando una ceja. Himerish calló dando a entender que no pensaba responder. Hayato suspiro pesadamente.- No pretendas hacer cosas que escapan de tu control, Himerish. Tal vez deberías pedir ayuda de vez en cuando. Sobre todo cuando no te afecta solo a ti.

-Precisamente porque no me afecta solo a mi debo tener cuidado con quien confío. Y ahora dime, ¿Sabes algo que yo debería saber?

-No estoy ciego Himerish, algo está pasando y quiero saber que es. No hay caza. No sabemos si podremos subsistir solo de las cosechas y la pesca. En esta ciudad mucha gente vive de la caza y estarán en problemas si no llega toda la mercancía requerida por los compradores. Además, también ha desaparecido gente. No puedo permanecer inmóvil ante esto.- Al oír lo último I-shui levantó la cabeza interesado.

-¿Quién más ha desaparecido?- Preguntó hablando por primera vez.

-Nadie importante chico. Un leñador dejo de venir hará dos lunas, pero nadie le dio importancia. Al fin y al cabo son gente itinerante. También un chico de vuestra edad. Siempre andaba donde no debía, era muy curioso. Un día de repente, pum, se volatizó. Su familia no se lo tomo en serio. Pensaron que había ido en busca de aventuras, como siempre decía. Aquí hay gente muy pobre con muchos hijos, uno menos sería un alivio.- Hizo una pausa mientras cogía una pequeña muestra del veneno y lo observaba con lupa. Apuntó algo en un cuaderno y puso la muestra en un aparato más complejo. Luego continuó.- Ha habido más por supuesto, pero no puedo relacionar todas las desapariciones. Si de algo estoy seguro es de que no son casos aislados. Cuéntame que pasa y quizá te pueda ayudar más, sino, bueno, tendré que seguir investigando por mi cuenta.- Terminó de decir aún analizando la muestra de diversas formas.

Himerish dudo y buscó aprobación en la mirada de I-shui, el cual asintió. No muy seguro de su decisión empezó a narrar con lentitud lo poco que sabían.

-Nosotros estuvimos de viaje estas últimas lunas. Volvimos por Bisagüa y nos encontramos con un cambio en el relieve, cerca de la cordillera hay un barranco de una profundidad desmesurada que…

-No hay ningún barranco en Bisagüa.- Interrumpió Hayato con el ceño fruncido.

-No había ningún barranco en Bisagüa.- Recalcó Himerish. Hayato dejó a un lado la muestra y le escuchó pensativo.- No solo es el barranco, tampoco había fauna en algunas zonas del bosque. Cuando llegamos a Rosivo tampoco había ningún rastro animal excepto en el coto de caza. Creo que perdonaron esa zona para que los habitantes de Archeland no sospecharan nada.

-Eso no tiene sentido. Aquí nos han arrebatado Minea que es nuestra mayor fuente de víveres. Obviamente nos íbamos a dar cuenta. ¿Por qué perdonar una población y otra no?- Himerish meditó unos instantes. Podría ser que hubiera algo o alguien en Archeland al que temían lo suficiente para no querer que se enterara de lo que estaban haciendo. Expuso su idea a los otros dos, que la aceptaron como probable. –Continúa, por favor.- Dijo Hayato masajeándose las sienes.

-En Rosivo encontramos la muestra que tienes en tus manos. I-shui vio como un escarabajo moría por culpa de una cantidad desorbitada de veneno. Obviamente alguien cometió un error. No se necesita tanta cantidad para matar, debió de caerse. También tenemos la teoría de que van atacando los bosques por orden, utilizando como patrón el símbolo de la cosecha.  No sabemos nada más hasta que nos des los resultados.

-Puedes contar con que ahora me daré más prisa. Creo que puedo tenerlo en unas horas. Mandaré a mi hija a avisaros.- Ambos chicos asintieron conformes y tras despedirse se dirigieron a la salida.- Espera.- Llamó.- ¿Qué pensáis hacer después?

- Los perseguiremos, enmendaremos su daño y los cazaremos.- Contestó Himerish con fiereza.

Los siete templosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora