Mike ****** es un chico de 24 años que sufre de un raro transtorno del sueño, lo que hace que tener un trabajo estable sea imposible debido a no quedarse despierto.
Pero eso cambiaría cuando busca empleo de guardia de seguridad en una Discoteca/Club...
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Capítulo 9.
Haber sentido elogios de su jefa lo hicieron sentir muy bien, aunque fueran dos noches que apenas había cubrido, para Mike ya era un logro.
Antes de salir de la oficina de Lynn, vio que del lado de la puerta estaban colgado un juego de llaves.
Tendría un plan, y uno muy complicado.
Decidió volver a casa para cuando Vanessa lo llamara, en ese entonces él quería aclarar un poco su mente de tantas cosas que llegó a pensar en cuanto a sus sueños.
Quería respuestas y pronto las tendría.
Más tarde... Hora: 22:00 PM (a dos para la tercera noche...)
Vanessa había marcado el número de Mike. Sabía que el club necesitaba su ayuda para cerrar algunas áreas que se habían vuelto demasiado caóticas esa noche. Con el chaleco del club y una camisa morada que contrastaba con sus ojos, Mike condujo hacia el lugar con el insomnio a tope.
Al llegar, la escena era todo lo que esperaba: el club estaba repleto de gente, la música resonaba fuerte y vibrante, y el ambiente se impregnaba de un olor denso a alcohol y cigarrillo. Las animatrónicas hacían su espectáculo en el centro, iluminadas por luces de neón que bailaban al compás de la música.
Sin embargo, Mike se sintió abrumado por el ruido. Era evidente que evitaba mirarlas, especialmente a Frenni, que estaba en el escenario y a la que prefería no ver.
"Necesito un respiro", pensó mientras se dirigía al bar, un refugio alejado del bullicio que lo rodeaba. Se sentó en un taburete y suspiró, pues no pudo evitar sentirse excluido en medio de toda esa "diversión"
A lo lejos, Bonfie observaba a Mike sentado solo y, a pesar de la multitud de clientes a su alrededor, decidió hacer una pausa en su labor. Alejarse de ellos era un alivio, y ella sonrió al acercarse.
Tenía esa combinación de valentía y picardía que siempre lograba animarlo, aunque la camisa morada de Mike le causó escalofríos.
Bonfie: ¡Hola, Mike! -saludó tiernamente al llegar, tomando asiento justo al lado de él.- ¿Te importa si te hago compañía?
Mike: Para nada -respondió él, devolviéndole la sonrisa.- ¿Cómo estás?
Bonfie iluminaría cualquier lugar con su simple presencia. Su sonrisa reflejaba tanto para ella como Mike.
Bonfie: Estoy bien, bastante cansada, pero bien -dijo ella, mirando a su alrededor antes de volver su atención a Mike.- ¿Y tú? ¿Disfrutando de la vista?
Hizo una pequeña broma, moviendo sus exuberantes curvas con un giro de cadera, casi como un reflejo del espectáculo que ella ofrecía.
Mike: Claro que no... -se recostó en la barra, sintiendo que se sonrojaba.- Ya deja de hacer eso.