Mike ****** es un chico de 24 años que sufre de un raro transtorno del sueño, lo que hace que tener un trabajo estable sea imposible debido a no quedarse despierto.
Pero eso cambiaría cuando busca empleo de guardia de seguridad en una Discoteca/Club...
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Capítulo 11.
Una hora antes de la llegada de Vanessa...
¿Alguna vez se han preguntado cuántas bolsas se necesitarían para encerrar por completo un cuerpo y, con él, borrar toda existencia? Es una cuestión inquietante y casi macabra, pero las circunstancias exigen tal reflexión.
Frenni, a pesar de no haber levantado un dedo para deshacerse de los tres sujetos que se habían colado en el club, era la mente maestra detrás de esta oscura operación. Su habilidad era aterradora y efectiva; sabía cómo ejecutar los planes más horrendos sin ensuciarse las manos.
Mientras tanto, Fexa, Bonfie y Chiku terminaron de meter los cuerpos de aquellos hombres en bolsas, arrojándolos luego a la basura como si se tratara de simples desechos. Es curioso pensar que, para los basureros que recogían esas bolsas, aquello no era más que carne podrida.
Fexa: Bien, ese fue el último -dijo, mientras sacudía sus manos, con una sonrisa que mostraba satisfacción.- Hace tiempo que no hacía algo así… ¡Se siente increíble!
Bonfie: Cierra la boca ya… -replicó de forma seria, limpiando la sangre de su mano con un pañuelo.
Fexa le lanzó una mirada de desdén. Estaba claro que la coneja no estaba del todo a gusto con lo ocurrido, mientras Chiku permanecía en silencio, abrazando con fuerza su cupcake de juguete.
En ese momento, Frenni apareció al final del pasillo, su figura recortada por la tenue luz.
Frenni: ¿Y bien...? ¿Se deshicieron de los cuerpos?
La pirata sonrió, mostrando una cara de orgullo.
Fexa: Sí, ya nos deshicimos de ellos. Fue todo un problema, pero lo manejamos.
Frenni asintió, una expresión de satisfacción en su rostro. No había asomo de arrepentimiento en su mirada. Luego, su atención se centró en Bonfie.
Frenni: Al final, no pierdes el toque en esto, Bonfie -dijo acercándose con una sonrisa.- ¿Ves que no es tan difícil?
La coneja se cruzó los brazos, mostrando un semblante de disgusto.
Bonfie: ¿Era realmente necesario acabar con ellos de esa manera? -replicó, incómoda con el tono de su compañera.- Podríamos haberlos asustado y listo...
La mánager puso sus manos sobre los hombros de Bonfie, intentando ofrecerle consuelo.
Frenni: Después de todo, eran hombres. Solo asustarlos no habría sido suficiente… Era lo mejor.
El tono sereno de Frenni contrastaba con la creciente inquietud en Bonfie.
Bonfie: Ya sé por qué lo hiciste… -apartó las manos de su amiga con un gesto brusco.- No me vendas eso de que lo haces por nuestro bien.