Dulce noticia

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(Pov. Porchay)

Tenía muchísima hambre en estos días, una sensación constante que se mezclaba con un cansancio abrumador. Sin duda, los exámenes estaban acabando conmigo. Afortunadamente, siendo mayor, los estudiantes de ciclos superiores no me molestaban tanto como al resto de mis compañeros.

Sin embargo, no me salvé de tener que acompañarlos a comer un par de veces. Había empezado tarde en la escuela, y no quería hacerme enemigos entre los mayores. De por sí, ya me veían raro por los guardaespaldas que Kinn había puesto para cuidarme.

-Hoy llegare tarde también. – suspire cansado. Lev, el jefe de mi equipo de guardaespaldas, parecía igual de cansado que yo. – Hola Lev, lamento que tengas que quedarte horas extras.

-No se preocupe joven Porchay, para mi es un honor cuidar de la pareja del joven Kinn. – dijo sonriendo.

-¿Crees que podríamos parar en una tienda? Tenga ganas de comprar ramen y un jugo, quizás un helado también y un...un

-¿Pastel de moras?

-Si...¿Cómo lo sabias? – dije extrañado y pensativo al mismo tiempo.

-Comes eso siempre. – dijo abriéndome la puerta.

-No me había dado cuenta de eso...pero no creo comer esa combinación siempre. – dije revisando mi celular pronto sería mi cumpleaños.

-Me refiero a los pasteles de moras...el joven Kinn me envía a comprárselos todo el tiempo. Hablando de él, al parecer su última reunión se alargó, entonces, recién llegara mañana. – suspire, ya habían pasado 2 meses y aun me costaba la lejanía, aunque ahora lo toleraba mejor. – Ya llegamos.

-Genial. – dije bajando y entrando a la tienda seguido de Lev, atrás se quedaron los otros dos miembros de mi equipo, Santo y Clint. Tome más cosas de las que creía, pero me estaba muriendo de hambre.

Comí en cuanto llegué a casa. Era muy tarde y todos ya estaban durmiendo, así que me senté a la mesa en solitario. Comía demasiado últimamente y empezaba a ganar peso, algo que me molestaba. Sin embargo, a Kinn parecía encantarle; a veces incluso besaba mi pancita. A la mañana siguiente, me desperté y descubrí que Kinn ya había llegado. Me trajo unos pasteles de mora y fresa, una dulce sorpresa.

-¿Pasteles? – dije confundido, Lev me lo había dicho ayer pero yo no me había dado cuenta.

-Te gustan. – dijo sonriendo mientras me entregaba un cubierto, lo tome y agarre un pedazo del pastel.

Mientras se deshacía en mi boca, me quedé pensativo. Nunca me habían gustado las moras; de hecho, eran las frutas que más odiaba. Siempre las había encontrado demasiado ácidas y con una textura desagradable.

Sin embargo, últimamente, me sabían deliciosas. No entendía por qué había cambiado mi percepción de manera tan drástica. Cada bocado que daba me sabía tan delicioso y me confundía más, ¿habían ocurrido más cosas y no me di cuenta?

-¿Terminaste tus exámenes no? – Kinn me saco de mis pensamientos, voltee a verlo entonces, no recordaba haber tomado la pastilla anticonceptiva.

-No me gustan las moras. – le dije viéndolo fijamente a los ojos, su rostro cambio a uno de confusión.

-Pero...las comes bastante en estos días.

-Si, ahora se me hacen deliciosas. Ni siquiera me di cuenta de que las estaba comiendo. Siento que hay cosas que he olvidado sin querer. – dije sentándome en su regazo haciendo un puchero, Kinn acaricio mi mejilla aun confundida. – Olvide algo muy importante Kinn.

-¿Qué olvidaste?

-No recuerdo haber tomado la pastilla anticonceptiva. – Kinn entonces abrió los ojos como plato. - ¿Tú me la diste?

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⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

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The story of us (KinnChay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora