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Yo te conocí en primavera

Me miraste tú de primera

De un verano eterno me enamoré

Y esa despedida en septiembre,

en octubre sí que se siente

Noviembre sin ti me dolió también.

—Un Año, Sebastián Yatra.

Miércoles 29 de septiembre de 2021 - Medellín Colombia

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Miércoles 29 de septiembre de 2021 - Medellín Colombia

Estaba sentada en la plazoleta sola, Ana había tenido que ir a sacarse unos exámenes y Lina había ido a la casa para recoger el almuerzo, en unos quince minutos regresaba si no me fallaban las cuentas, para aprovechar el tiempo saqué mi portátil para ir adelantando un trabajo. Tenía bastante tiempo antes de que iniciara mi siguiente clase. La pantalla de mi teléfono se encendió cuando entró una llamada, ví que era Richard.

—Cosita —saludé con un tono tierno al contestar, Richard sonrió al escuchar ese apodo, por la pantalla del teléfono vi que se encontraba en su apartamento —¿Cómo estás?

—Mi flaca hermosa, pensándola mucho —respondió, su acento paisa marcado me hizo sonreír como boba —¿Está solita? —asentí —¿Y eso?

—Ana está en el médico y la boba de Lina dejó el almuerzo en la casa —respondí relatando la razón de mi soledad —¿Qué estás haciendo?

Richard puso la cámara trasera mostrando el mesón de la cocina, habían verduras ocupando el lugar y luego movió el celular dejando ver la estufa con unas ollas calentando.

—Dándomelas de chef —comentó el moreno —¿Será que las papas ya están?

—Chucelas con un tenedor y ahí mira si ya las puede bajar —indique y él fue a buscar un tenedor —¿Y doña Sandra?

—Fue a comprar una piña creo, o una sandía, me dejó pendiente de las ollas.

Que pésima decisión. Richard era excelente en el fútbol, pero para la cocina sus habilidades eran nulas. Servía un vaso de agua de la llave y se le quemaba la berraca. Lo veía a través de la cámara moverse por la cocina ayudándose con las muletas.

—¿Y las terapias?

El moreno dejó la olla de las papas en el lavaplatos y se acercó a su celular.

—Me tocaron ahora a las siete, que porquería para doler tan maluco oiga —se quejó el moreno —me vuelven a tocar el sábado en la tarde.

—Pobrecito —dije haciendo un puchero y él me lanzó un beso haciéndome sonreír —¿Te hago falta?

APRENDER A QUERERTE - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora