Alex abandonó la habitación completamente paralizado y evitando cualquier tipo de contacto visual con Jackie.
—Yo... debo ir a cambiarme —dije mientras me levantaba de la cama.
—¡¿Qué demonios fue eso?!
—¿De qué hablas? —me hice la tonta.
—No lo sé, quizás hablo de Alex con la lengua en tu garganta —dijo, sarcástica.
—¡Dios! Por favor, no lo digas así —reproché, avergonzada.
—¿Me lo vas a negar? —alzó una ceja.
—Debo ir a cambiarme —dije mientras cerraba la puerta de la habitación.
—¡Tomaré eso como un sí! —gritó Jackie desde el otro lado de la puerta.Habían pasado 2 horas desde lo sucedido con Alex. No podía creerlo. Había estado el último rato acostada en mi cama mirando al techo, pensando en el sabor de los labios de Alex, extrañando su mano rodeando mi cintura y acariciando mi cabello. Mi mente no me dejaba tener ningún pensamiento que no tuviera que ver con el pecoso. Estaba completamente sumida en todas las sensaciones que él me había dejado.
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El verano de sus ojos
RomanceMaya Howard, una chica completamente rota, tuvo que aprender a criarse sola desde pequeña, ya que sus padres biológicos la abandonaron cuando era apenas una bebé. A los seis años, fue adoptada por una familia que fue todo lo que siempre había querid...