El viaje a Los Santos fue un torbellino de emociones. Mientras el avión aterrizaba, sentí un nudo en el estómago. Volver a esa ciudad removió todo dentro de mí. Los Santos no era solo una ciudad, era un lugar cargado de dolor. Allí fue donde todo comenzó, donde nuestros padres murieron, donde mis tíos nos dejaron a nuestra suerte, donde fui secuestrada y perdí mi ojo. Cada rincón de esa ciudad estaba impregnado de malos recuerdos, cicatrices que nunca terminaron de sanar. No entendía cómo Lionay podía seguir ahí, en un lugar donde también perdió a Marissa y a mis sobrinos, los mellizos.
Sabía que Ivette también había regresado a Los Santos. Habíamos hablado por mensajes y videollamadas, pero verla en persona sería diferente. Mi hermana tampoco la había pasado bien. Aquel novio que tenía resultó ser un verdadero hijo de puta, la golpeaba, la maltrataba, y aunque Ivette logró escapar de él, el desgraciado le dejó una marca en su rostro que llevaría para siempre. Le juré que si ese cabrón volvía a acercarse a ella, lo mataría con mis propias manos. No podía soportar la idea de que alguien lastimara a mi hermana de esa manera.
De Josefina no les dije nada, ni a Lionay ni a Ivette. No quería que supieran que había sido producto de una noche de abuso, de una pesadilla que prefería mantener enterrada. Era un secreto que me consumía por dentro, pero no estaba lista para compartirlo con ellos.
Al llegar al aeropuerto, los vi. Lionay e Ivette estaban allí, esperándome. Había una sensación extraña en el aire, como si los años de separación y todo lo que habíamos pasado nos hubieran convertido en desconocidos. Pero al mismo tiempo, ellos eran mi única familia, las únicas personas que realmente importaban. No pude contener las lágrimas. Corrí hacia ellos y los abracé con todas mis fuerzas. En ese momento, el tiempo se detuvo. Los había extrañado tanto, más de lo que jamás podría expresar. Necesitaba estar con ellos, necesitaba sentir que, a pesar de todo, aún éramos una familia.
Ahí estábamos, los tres juntos de nuevo, como debía ser. Pero sabía que ese reencuentro traería consigo nuevos desafíos, viejas heridas que aún no habían sanado. Estaba aterrada, pero al mismo tiempo, algo en mi interior me decía que tal vez, solo tal vez, estar con ellos podría ayudarme a encontrar la paz que tanto necesitaba.
<<<<<<<<<<<<<<❤️<<<<<<<<<<<<<<<❤️<<<<<<<<<<<<<<<<❤️<<<<<<<<<<<<<<
ESTÁS LEYENDO
LoveTheLife
JugendliteraturY todo Comenzo atraves de un "Donde la llevo Bebe" Historia de amor, con giros, dramas y accion.