Tinta de Acuarelas

Color Quinacridone: Despierto.

Color Quinacridone: Despierto.

●Farlan Church.

«Maybe I can't never fly. Maybe I can't touch the sky. Don't cry. Don't' lie.» — Awake.

La habitación se ha vuelto fría de repente, aunque es pleno verano el frio que me recorre la espina dorsal es como si fuera invierno, pero no tiene nada que ver con el clima o con la estación del año, creo que es algo que nace desde dentro. El sentimiento de pesadez que solo está allí. Quieto en la obscuridad y mirando con atención el bulto sobre la cama, un bulto que gruñe y dice palabras que no comprende.

—Un sueño. Solo fue un sueño.

Ojalá también para mí lo fuera. Quizás así todo sería igual de fácil que para él que esta inocente, balbuceando y sumergiéndose en la bruma de los sueños. Totalmente ajeno a esta realidad tan fría.

Niego lentamente antes de optar por salir de la habitación.

Una parte cobarde de mi me había pedido que simplemente lo tomara, como si se tratara de un regalo forrado en esos papeles brillantes y con un enorme moño, una parte egoísta que solo deseaba satisfacer un poco del deseo arrebatado. Después de todo ¿Qué podría salir mal? A fin de cuentas, a mi fueron a quien arrastraron a este círculo lleno de tragedia y drama antiguo, podría simplemente tomar lo que yo quisiera y desaparecer como un personaje sin mucha importancia. Alguien irrelevante.

Pero... ¿realmente seria irrelevante? Es decir... habría hurtado algo que no me pertenecía, entonces la parte razonable de mi mente salió a flote y me pidió pensar todo con calma y tratar de no ser tan idiota y ególatra, pensando en mi propio beneficio.

Yo realmente lo quiero. No sería justo que lo dañe, al menos no de esa manera.

A veces uno debe sacrificar ciertas cosas, aunque estas supongan un gran dolor interno, así son las cosas, no podemos ser todos felices ni mucho menos tener todo lo que suponemos nos pertenece por razón.

Es algo complicado, algo en lo que hubiera preferido no meterme de habérmelo planteado. Pero por desgracia ni siquiera me pidieron mi actuación dentro de este teatro, solo me pusieron dentro para interpretar un papel un poco decepcionante.

Cierro la puerta ligeramente hasta que se escucha el ligero clic del picaporte, luego camino por el pasillo hasta mi habitación.

La luz de lo que parece la cocina, está encendida. No escucho nada, pero supongo que el pequeño antagonista de este monologo se ha dignado a llegar a casa luego de algunos días de ausencia vacía y dolorosa.

Tengo la camiseta desabotonada y el cabello revuelto, un poco fachoso debido a la enorme cabeza hueca de mi mejor amigo.

Le hubiera impedido beber hasta perder la razón y medio quedarse inconsciente, pero verlo tan desesperado, destrozado y deprimido, gritando y llorando como nunca en la vida, creo que mi única forma de ayudarlo era acompañarlo en su dolor, dejar que dijera e hiciera lo que deseara hasta que pudiera desahogarse todo lo que fuera capaz. Luego de intentar arrastrarlo a casa porque entre su inconciencia, su poca colaboración y su peso, fue una travesía, intente simplemente llevarlo a su habitación... hasta que sucedió...

—Por alguna razón creí que se pensaba instalar en la oficina. —comento con algo parecido a la inocencia y a la burla.

Me beso.

Lo hizo, tal vez pensando y distorsionando su realidad pensando que era aquel hombre que no para de hacerle daño.

Me pidió que me quedara con él, que no lo dejara.

Si supiera que en realidad me gustaría jamás dejarlo.

—Eso no es algo de tu incumbencia. —responde el tutor de Eren tomando una copa y colocándola sobre la superficie de la mesa. No me mira, finge leer algún tipo de papel con miles de letras impresas.