Color Marfil: Amantes.

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Color Marfil: Amantes.

● Levi Ackerman.

El sonido del cereal vaciado desde el recipiente y luego las hojuelas naturales cayendo al piso, Eren se llena el puño de cereal para luego llevárselo a la boca y masticar ruidosamente mientras ve el televisor, pone el recipiente de nuevo a su lado, toma la lata de refresco y da un sorbido ruidoso, intenta quitarse los restos del cereal de los dientes con la lengua, pero como es imposible termina por meterse los dedos a la boca y hacerlo manualmente, lo cual es completamente asqueroso. Una vez que se ha terminado de limpiar los dientes con los dedos, vuelve a llenarse el puño con cereal y repetir lo mismo. Luce como un niño malcriado o como un soltero irresponsable viviendo solo.

A sus pies ya hay otras dos latas de soda, una bolsa de papas y una de caramelos de menta. Solo me voy por un par de horas y mi casa puede bien ser un basurero.

Se pasa la manga de la sudadera por la boca para limpiarse la comisura de los labios y entonces depara en mi presencia, me sonríe.

—Despertaste. —dice.

Golpea a su lado en el sofá, indicando que me siente a su lado.

—¿Qué se supone que haces? —miro a sus pies, donde está la basura.

—Ah, lo siento. Lo iba a recoger cuando la película terminara.

—¿Eres algún tipo de friki de las películas? No haces otra cosa que verlas.

—Me gustan, solo eso. —se encoje de hombros y vuelve la vista a la pantalla.

Me acerco hasta donde está, fingiendo ver lo que está viendo.

—¿Y es interesante?

—Si no lo fuera, no lo estaría viendo. —contesta como si fuera obvio.

—Ya, no te enojes. ¿Ya cocinaste?

—¿Tienes hambre?

—No preguntaría, si no fuera así. —contesto imitando su tono anterior, lo que hace que termine por reírse.

—Ash. —se levanta del sillón, pone pausa a la película, camina hasta la cocina tomando un mandil colgado a un lado del refrigerador y empieza a encender la estufa.

Tomo asiento frente a la barra desayunadora y me quedo a esperar.

Jugueteo un rato con el salero y luego con una servilleta, doblándola hasta tratar de hacer algo de papiroflexia.

—¿Estas bien? —pregunta de repente.

—¿Mmm? ¿A qué bien la pregunta?

—Solo... se me ocurrió. —gira la cabeza un poco a la izquierda y vuelve a juguetear con el sartén.

—Estoy bien. Solo un poco aburrido, ¿tú no?

—No soy mucho de viajar, ¿lo olvidas? —hace un movimiento dando a entender que los viajes largos le hacen vomitar si no está dormido.

Claro, la vez que fuimos a visitar a Kenny a Costa B, termino vomitando todo a su paso, fue una de las experiencias más desagradable. Él llorando, yo apunto de vomitar igual y mi madre tratando de tranquilizarnos a los dos.

—Cierto.

—¿Viajas mucho?

—Debido al trabajo, aunque personalmente me gusta viajar.

Mueve la cabeza de nuevo.

—Somos tan diferentes. —murmura.

—Lo sé. —respondo. —Lo somos.

Tinta de AcuarelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora