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𝟎𝟎𝟓. ajuste de cuentas ─────────────
Lia
Mientras estábamos preparándolo todo aún con las luces apagadas, Matt entró en la pequeña clase despacio, haciendo que todas las trampas para ratones se activaran. Encendió la luz, mostrándonos su cara de asustado.
—¡Venga ya! ¿En serio? ¿Sabes lo que nos ha costado prepararlo?— preguntó Caroline totalmente molesta.
Estábamos Josh, Bonnie, Tyler, Elena, Care y yo en la misma clase. Habíamos quedado hace un par de horas para poder prepararlo todo.
—¿Has olvidado la noche de las bromas?— cuestionó Josh, quien estaba a mi lado.
—Pues si— admitió Matt.
—¿La has olvidado? Llevamos esperándola desde que éramos novatos...— inquirió Care.
—Si Matt— concordó mi hermana quien estaba sentada en una de las mesas, seguida de Bonnie. —Si yo tengo que hacerlo, tú también.
—No puedo creerme que estéis haciendo esto— dijo, totalmente serio.
—Nos ha obligado Care— contesté.
—Es nuestro último año, guardaremos estos recuerdos para siempre— se defendió la rubia. —Y si no...
—Y si no creamos los recuerdos ahora, ¿qué sentido tiene todo?— completé por ella porque ya me sabía sus frases de memoria. Care me miró divertida.
—Sois unos aburridos— comentó Tyler. —Me quedan diez clases que trampear— dijo mientras se largaba del aula seguido de Josh. Mi hermana también siguió su ejemplo.
—¿Adonde vas?— le preguntó Bonnie.
—A poner pegamento en la mesa de Alaric— respondió con una sonrisa. —A crear recuerdos— repitió nuestras palabras.
—Yo también tengo una preparada— dije mientras me iba directa a una de las clases.
Cuando iba caminando por el pasillo una extraña sensación recorrió mi cuerpo, sentía que ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás. Abrí la puerta del comedor y me encontré de frente con una de mis peores pesadillas. Klaus.
—Aquí está mi chica— murmuró con seriedad.
—Klaus— dije asustada. Traté de darme media vuelta pero justo cuando lo hice el original se encontraba de nuevo en frente mío.
—Trataste de matarme, no lo olvido— decretó furioso. —Y tu hermana se supone que debería de estar muerta. ¿Qué vamos a hacer ahora?— inquirió con una sonrisa.
—¿Lia?— escuché una pequeña voz.
—¡Elena, corre!— grité pero había sido en vano. Klaus corrió hacia mi hermana, agarrándola de uno de los brazos para luego volver hacia donde estaba yo y hacer lo mismo.
