˗ˏˋ CAPITULO 4 2/2 'ˎ˗

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CAPÍTULO 4 2/2. "Café con leche"

Sunghoon vuelve a tomar su mano y lo obliga a levantarse, hace que rodee el escritorio y que se siente sobre su regazo, Jake apenas reacciona a la situación cuando los labios del otro lo buscan con tanta rapidez que sólo se obliga a cerrar los pár...

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Sunghoon vuelve a tomar su mano y lo obliga a levantarse, hace que rodee el escritorio y que se siente sobre su regazo, Jake apenas reacciona a la situación cuando los labios del otro lo buscan con tanta rapidez que sólo se obliga a cerrar los párpados y abrir sus labios torpemente.

Se besan sin mucho cuidado y saborea con pasión el sabor del café recién bebido por el doctor, acariciando su lengua apenas con la punta de la suya y él abriendo más los labios para permitirlo entrar, pero no por mucho tiempo, pues quien toma el control, es en realidad quien empezó el beso.

Lo guía con facilidad y empiezan a salir de ambos algunos ruidos muy sugestivos que cualquiera que estuviera cerca podría escuchar desde fuera. Sabían que no era el caso, sabían que nadie los escuchaba y que nadie intercedería entre ellos.

Sunghoon bajó su mano peligrosamente hacia su trasero y acarició apenas por encima de la ropa.

Jake se hizo hacia atrás, levantando la cabeza, dejando expuesto su cuello que fue rápidamente abordado por la lengua del pelinegro, quien empezó a dejar suaves caricias con la punta de ésta y provocando escalofríos fuertes en el castaño, quien no podía controlar los gemidos.

—Oye... no hagas mucho ruido, no podemos confiarnos.

-L-lo s-siento. Es q-que eres m-muy... me estás... ah..

-  ¿Te estoy... qué?

-  V-volviendo loco.

Esas palabras hicieron al más alto apretar sus labios contra su cuello, empezando a succionar, pero fue empujado. Jake era, apenas, unos 8 centímetros más bajo que Sunghoon, así que el otro tenía una pequeña ventaja contra él, ambos eran fuertes y tonificados, no era muy diferente.

Le pidió entre jadeos que no le dejara marcas, pues al pertenecer al área de la salud, no quería permitirse tener ninguna en su cuello, o al menos, no en lugares donde fuera fácil verlos, pero Sunghoon embriagado por el aroma dulce del castaño siguió insistiendo hasta que le dejó una marca roja, casi morada en su cuello.

Jake no pudo más, no quiso detener su actuar y esta vez dejó fuera a la razón. Verdaderamente disfrutaba sentirlo cerca y el aroma fuerte que el otro dejaba en su piel cuando se alejaba le provocaba cada vez más, pegándose más a su pecho.

No hubo espacio para reflexionar por qué estarían haciendo eso si apenas y se veían, si apenas y se conocían. Pero por algún motivo apenas mirarse fue la excusa para que cada uno, por su lado, empezaran a tener fantasías de cómo sería rozar los labios del otro.

Uno soñaba despierto y el otro lo pensaba dormido, y viceversa.

Una mano tocando el trasero de Jake lo devolvió a la realidad y él en respuesta apretó su mano sobre el bulto completamente duro de Sunghoon que suplicaba por salir de entre la ropa.

Café con leche | SungJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora