˗ˏˋ CAPITULO 10'ˎ˗

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CAPÍTULO 10. "Madre."

Los curiosos rayos del sol se colaban entre los espacios que la persiana permitía, llenando de reflejos dorados algunas partes del cuerpo de la pareja aún acurrucada, no había ruido exterior, parece que la ciudad estaba detenida, aunque sabemos qu...

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Los curiosos rayos del sol se colaban entre los espacios que la persiana permitía, llenando de reflejos dorados algunas partes del cuerpo de la pareja aún acurrucada, no había ruido exterior, parece que la ciudad estaba detenida, aunque sabemos que vivía varios pisos arriba del caótico tráfico.

Eran las 8:00 am, los ojos ámbar de Jake estaban moviéndose por debajo de los párpados antes de abrirse lentamente, observó torpemente a su alrededor antes de devolver la mirada a un pelinegro aún dormido junto a él, se veía adorable, relajado, el pulgar rozando sus labios y sus largas pestañas
adornando su párpados.

No pudo evitar sonreír dulcemente al recordar cómo y por qué habían terminado en este lugar.

Aunque reflexionó que las cosas estaban pasando muy rápido, un día se encuentran, al otro se están besando y termina en una escena bastante extravagante, luego están en su casa, durmiendo juntos abrazados.

¿En qué momento las cosas escalaron tan rápido?

Parece que sus pensamientos ruidosos provocan que el otro empiece a arrugar la nariz, como si fuera posible escucharlos, convenciéndose de no querer abrir los párpados aún y suelta un quejido bajo, pero después de un segundo comienza a parpadear lentamente y lo observa directamente, aún adormilado.

Sus ojos parecen demostrar tanta paz, que Jake sólo sonríe con satisfacción.

-Buenos días Jake, ¿Cómo dormiste?

Excelente, feliz, acompañado, sin preocupaciones, con cariño, sin frío, sin perturbaciones, con ganas de no levantarse nunca y quedarse ahí.

- Bien, ¿tú? —responde sin dejar de sonreír.

- Muy bien. —dice con voz ronca. —¿Tienes hambre?

- Un poquito, pero no lo suficiente.

- Ok, iré a darme una ducha y vuelvo, quizá te dé más hambre. —dice levantando las cobijas.

- N-no... no me dejes aquí. —devuelve tapándose con las cobijas con fuerza.

- Entonces...— duda por un segundo.— báñate conmigo.

- ¿Cómo? —se asoma de entre las sábanas.

—¿No quisieras?

¿Que si quisiera? Ya había tenido ocasiones donde se imaginaba entrando a la ducha con él en el pasado, no podría engañar a nadie, menos cuando sus mejillas cambiaron de color en un segundo.

—¿Tú quieres?

- ¿Por qué me respondes con preguntas? —la risa fuerte que le dedicó sólo lo apenó más.

- Porque... no, nada. Pues llévame tú. —dice mirándolo atentamente.

- Si eso quieres...

Las cobijas le fueron arrancadas con fuerza y provocó un grito agudo en Jake, después sintió cómo las manos tersas de Sunghoon empezaron a jalar sus piernas hacia abajo, sin poder detenerse, se sentó en el piso y jaló de él hasta que logró sentarlo sobre sus piernas, frente a frente.

Café con leche | SungJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora