˗ˏˋ CAPITULO 6 'ˎ˗

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CAPÍTULO 6. "Cena-desayuno".

Sunghoon se quedó observando cómo Jake entraba al hospital, antes de cerrar la puerta de su auto

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Sunghoon se quedó observando cómo Jake entraba al hospital, antes de cerrar la puerta de su auto.

Reflexionaba si será una agradable sorpresa cuando llegue a su oficina y note el regalo que le mandó.

Después de todo, uno de sus grandes talentos era poner atención a los mínimos detalles, lo que lo hacía ser altamente intuitivo y no pensaba mucho cuando quería realizar alguna acción.

Lo notó cuando vio a Jake ruborizarse cuando tenían contacto visual o cómo sus orejas adoptaban un color que nunca vio en nadie más, quizá por el color de su piel.

También del cómo se tensaba cuando estaba cerca y del olor que desprendía cuando se ponía nervioso, que era no más que su perfume combinado con su olor corporal, lo que lo hacía más dulce. No lo sabía, pero en su mente iba tachando señales claras de su efecto, así que no pudo reprimir sus pensamientos cuando las condiciones subieron de tono rápidamente la última vez.

Jake era encantador, su risa era ruidosa, pero armoniosa. Su sonrisa era enorme y contagiosa. En general su rostro era tan expresivo que era divertido descubrir gestos sutiles, no se guardaba nada, era como un libro abierto del que te enamoras apenas con leer sólo unos párrafos.

Bueno, enamorarse es aún una palabra muy fuerte, que no se dice sólo al azar.

Si algo había aprendido antes es que la atracción y el gusto son cosas totalmente diferentes.

Puede ser que alguien te atraiga todos los días, no hay un vínculo, sólo algo te parece atractivo y puede cambiar con el tiempo, pero gustar de alguien sí que era más fuerte y no siempre puedes salir de ahí.

Jake le parecía atractivo, y lo era, lo notaba porque cuando lo miraba a lo lejos podía ver las miradas que se dirigían a él, personas de todas las edades lo notaban, para bien y para mal, podía reconocer las miradas de admiración, de las de deseo. Era llamativo, su simpatía y alegría contagiaban a todos a su paso. No era sorpresa que el también hubiese caído en ello, aunque intentara negarlo, no tenía caso. Sabía que nadie lo notaría porque su inexpresión ante todo podía protegerlo.

Arrancó y salió rápidamente del estacionamiento, condujo la siguiente media hora hacia su departamento, que pertenecía al conjunto de los edificios de mayor categoría en la ciudad, vivía en el último piso, pues no era partidario de cubrir la vista del cielo y las montañas con edificios más altos.
Siempre por encima de todo y todos, como le habían enseñado en casa desde muy pequeño, reprimiendo sus emociones, dedicándose únicamente a servir a sus padres y llenar su sala con reconocimientos en todas las áreas posibles, era bueno en absolutamente todo lo que hacía, porque lo entrenaron desde muy pequeño.

Tampoco era algo que le enorgulleciera mucho, pues todo aquello había sido influencia de sus padres, él sólo se dedicó a hacer lo que quería cuando cumplió la mayoría de edad, así que un área que le dejaría mucho dinero, pero muy poco tiempo para convivir con su familia le pareció la mejor opción de todas.

Café con leche | SungJakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora