Unos minutos más tarde nos encontramos enfrente de la cafetería que tanto había añorado, estoy emocionada y no puedo evitar sonreír como una tonta. Tiene una preciosa terraza que da a un ventanal repleto de claveles y tiene varias mesas y sillas hechas de mimbre, encima de la puerta se encuentra un cartel de madera barnizada con el nombre de la cafetería. Si algo destaca en esta cafetería aparte de los famosos croissants, es la decoración. Es fabulosa. Hace un poco de fresco y me abrazo a mi misma, James, al verme tiritar me empuja a entrar dentro, seguro siguen teniendo aquella magnífica chimenea que recuerdo con anhelo de mi infancia.
En cuanto entramos; Cécile me saluda calidamente.
-¡Mi querida Ana!¡Como has crecido! -Me abraza fuerte y la correspondo con ganas, esta mujer es un cielo, tras separarnos acuna mi cara entre sus manos. -Estás preciosa princesa.-Dice con ternura.
-Como os he echado de menos. -Digo refiriéndome a Cécile y a su marido. A pesar de no venir desde hace dos años, la decoración del restaurante sigue igual de bonita.
Sonrío y saludo a Pier, que se encuentra tras la barra y él me corresponde el saludo con una cálida sonrisa. Tiene la barba canosa. Hace unos años que no vengo, supuestamente mis padres no tienen tiempo, pero la realidad es que creen que este sitio no está a su altura.
Antes, cuando mi abuela aún vivía, me traía todas las tardes.
-¿Lo de siempre cariño? -Me pregunta Cécile. Yo asiento encantada. Tenía miedo de que me tuvieran en cuenta el hecho de que lleve tanto tiempo sin venir, pero no preguntan, son educados y cariñosos como siempre y eso me hace sentir más cómoda. No quiero tener que contarles que mi abuela ya no está con nosotros, aunque creo que ya lo suponen.
Y en cuanto Cécile se dirige a la cocina a preparar mi plato de la infancia miro a James quien mira la escena con su brillante sonrisa.-He acertado con este sitio, ¿verdad? -Y sonríe de lado, orgulloso.
-Te lo aseguro. -Le confirmo. Le agarro la mano y con los nervios a flor de piel por el gesto que acabo de hacer, le acerco a una mesita al lado de la cristalera que da a la calle, llena de claveles. Y no puedo evitar recordar que en ese sitio es dónde siempre me sentaba con mi abuela, la nostalgia y la tristeza me invaden por un momento, las lágrimas queman en la parte posterior de mi garganta, pero intento mantenerme positiva y disfrutar de este sitio con James.
En lo que esperamos los desayunos hablamos de varias cosas irrelevantes. Quiero ver su cara cuando pruebe los croissants de mi querida francesa.
[...]
No puedo describir la cara de James al probar los croissants pero parecía como si hubiera vivido el mayor orgasmo de su vida. Los croissants duraron milésimas de segundo en el plato y aún seguíamos terminando nuestras tazas de chocolate caliente.
-Sigo diciendo que el trabajo debería ser sobre Adolf Hitler. -Le comento. Llevamos un rato debatiendo sobre quién haremos el trabajo de historia y creo que lo mejor es que sea sobre Adolf.
Le vuelvo a dar un último sorbo a mi chocolate caliente.-Napoleón Bonaparte sería la mejor opción. -Me debate él por enésima vez y me sonríe divertido pero me mantendré fuerte a mis ideas. -Como ya he dicho; es un tema muy interesante y del cual tenemos bastante información.
-¿Vas a comparar a Bonaparte con uno de los dictadores más importantes de la historia? -Le reclamó ofendida -Con la historia del Holocausto Nazi ya tenemos para veinte páginas. -Le digo con total seguridad. -¡Y por las dos caras! -Exclamo y reímos. Soy cabezota y si yo digo que Hitler es la mejor opción, es que lo es y nadie me hará cambiar de idea.
Sonríe, sonrio y me mira.
-¿Qué? -Le pregunto indignada-¿Qué tengo?
Me preocupo pensando que ocurre ¿Voy mal vestida?¿Tengo pelos de loca?
Ríe levemente y se inclina hacía a mí desde su silla, yo, inconscientemente me echo hacía atrás. Su pulgar se acerca a mi cara y lo pasa por mis labios arrastrando tras de sí rastros del chocolate caliente. Estoy avergonzada, no sé si por no haberme limpiado bien o porque James haya hecho eso y me haya parecido lo más sensual del mundo.
Miro a mi alrededor esperando que nadie de la cafetería nos haya visto y le sonrio agradecida y con las mejillas a rojo vivo.[...]
-Vuelve pronto cariño. -Dice Cécile a la vez que me abraza con fuerza.
Y cuando voy a hablar James me interrumpe:
-Este usted tranquila, espero tener el honor de traerla más veces aquí. -Y me sonrojo automáticamente.
-Sois una pareja preciosa. -Nos alaga ella. Y miro con sorpresa a James. ¿Se piensa que él y yo...?
-¡Oh! No, no, no. Te equivoc...-Intento corregir a Cécile pero hace caso omiso a mi palabrería y continúa.
-Tratala bien jovencito, no quieras verme enfadada. -Le dice Cécile en tono de amenaza pero sonríe con ternura.
[...]
Después de llegar de la cafetería a casa, nos pasamos el día haciendo el trabajo. Sobre Hitler claro, dije que no habría manera de hacerme cambiar de opinión y así ha sido. Bufo cansada de escribir y me pongo en pie.
-Creo que ya hemos trabajado suficiente por hoy, estoy agotada. ¿Terminamos mañana? -Le sugiero sonriente.
-¿Me estás echando? -Pregunta divertido haciéndose el indignado.
-No, sólo te invito a salir de mi casa amablemente. -Le digo riendo.
-Que clase. -Dice divertido y le echo una mirada reprobatoria.- Está bien, está bien, ya me voy. -Dice resignado a la vez que reímos al compás.
Tras recoger sus cosas y guardarlas en su mochila, nos dirigimos a la puerta y cuando vamos a salir de mi cuarto para acompañarle a la salida suena unos golpecitos en mi ventana.
Espero no sea lo que yo creo que es, o mejor dicho, espero no sea quién yo creo que es.
______________________________Holi baes!
¿Qué les pareció el capítulo? Sigo aquí, puntual, aunque parezca mentira. Ya he empezado bachiller y bueno...es difícil (duh..) pero bueno, es lo que toca.
El capítulo tiene mucho texto y he tardado en hacerlo pero sé que falta el salseo. Vuelve el salseo, ¡lo juro! El próximo capítulo tendrá lo que todas esperáis o eso espero. Quizás el próximo capítulo lo suba antes, no prometo nada.
En fin, sé que me enrollo pero... ¿#TeamJames o #TeamSean?Os quiere;
La que sube capítulos aburridos para que transcurra el argumento de la historia. :P
Alba.
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Mi vecino de enfrente
Romance-Prométeme que volveré a verte. -Le suplico ahogada en lágrimas. -Lo prometo. ___________ Soy Anastasia Reid, pero si me caes bien me puedes llamar Ana, tengo diecisiete años y vivo atrapada por las normas. No es mi mejor presentación pero...