Hay sensaciones por las que merece la pena vivir y está era una de ellas. Los labios cálidos y tiernos del frío y distante Sean Johnson. No soy capaz de pensar en nada, estoy como en un limbo de sentimientos y sensaciones, me tiemblan las piernas y siento que me voy a caer en cualquier momento. No sé si esto está bien o mal, no sé si esto debería estar pasando, no sé si lo hace porque de verdad la gusto o porque sólo se quiere liar conmigo y usarme como a un pañuelo como hace con las otras. Eso despierta miedo en mí, no quiero que me trate como a las demás, no quiero ser una más...
La sensación es increíble pero apenas dura unos pocos segundos cuando me doy cuenta de lo que está pasando y me separo de él con brusquedad.
-¿Era eso? ¿Toda esa insistencia para intentar enrollarte conmigo? -Pregunto con un tono de decepción en mi voz, se puede ir por donde ha venido. -Ya está, ya me has besado, no has triunfado está vez galán, yo no soy como Ashley, ni como ninguna de tus zorras, ya puedes irte a buscar a otra. -Le digo resignada cruzándome de brazos. -Vete. Con Ashley o con quién te de la gana, pero vete.- Eso era lo único que quería, eso y llevarme a la cama supongo, pero por suerte se va solo con lo primero.
-¡Me importas más de lo que crees Ana, maldita sea! -Me interrumpe a voces. Sus voces me pillan por sorpresa y automáticamente me callo, nos callamos y un silencio incómodo invade el ambiente. Sus ojos me miran fijamente, azul contra gris, gris contra azul. Sean Johnson acababa de decir unas palabras tan simples...pero en su boca habían sonado tan bien...
Por un momento estoy confusa y un revuelo de sentimientos se albergan en mi interior pero una oleada de conciencia me azota con fuerza y recuerdo todo el daño que Sean puede llegar a hacerme, este chico no está hecho para mí.-¿Algo más? -Le pregunto seria haciendo caso omiso a sus palabras, sin ninguna expresión y veo un tono de desesperación en su mirada. Se tira del flequillo hacía arriba, cosa que hace Dylan cuando está frustrado.
-¿Qué tengo que hacer para que confíes en mí? -Siento que me está tomando el pelo así que me doy la vuelta dirección a mi casa. Su mano en mi muñeca me frena y me hace girar, mis manos chocan contra su pecho, y sus manos me abrazan por la cintura apegándome más a él con ansia.
-¿Qué me estás haciendo Pija? Rompes todos mis malditos esquemas. -Dice cerca de mi boca sin dejar de mirarme a los ojos, como si mi cara fuera lo más interesante del mundo. En este momento soy demasiado vulnerable y odio sentirme así, Sean es experto en esto, en cambiar las tornas de sitio, lo que antes era una pelea ahora parece una cursi escena de alguna película romántica de adolescentes, como las que mi hermano le pone a sus ligues. No sé que decir y tengo un nudo en el estómago que me está matando. Quiero mantenerme fuerte y separarme de él pero mis fuerzas flaquean y de pronto no tengo tantas ganas de irme. -Vamos...dime algo nena, aunque sólo sea para mandarme al infierno.- ¿Nena? ¿Dónde está el Sean Johnson que yo tanto odio? No sé de dónde pero encuentro el valor para deshacerme de su agarre y con todo mi odio le digo:
-Espero te des cuenta de lo ridículo que está siendo todo esto. Conmigo no harás como con las demás Sean, conmigo no vas a jugar. -Le digo, no estoy dispuesta a que siga jugando conmigo de esta manera. Sin decir nada más y antes de que me vuelva a agarrar me meto en casa, a pesar, de sus incansables e impertinentes gritos insistiendo en que le escuchase. Sin prestar atención a nada ni a nadie subo a mi cuarto intentando aclarar todo lo que siento en estos momentos.
Me tiro en la cama después de haber cenado forzada por Rita y haberme puesto el pijama. Me quedo mirando fijamente el techo cuando mi teléfono vibra. Es un mensaje, supongo que será Eva que se acaba de levantar con una resaca del quince y me tendrá que contar algo emocionante que le habrá pasado ayer en la fiesta. Cuando abro el mensaje me doy cuenta que es de Sean.
"He escogido un mal momento para preguntarte pero hoy compito...¿Me acompañarías?"
Es broma, ¿verdad? No sé ni cómo se atreve a preguntar, pero no me sorprende, es Sean. Me asusta este Sean tan benevolente. No exigencias, no chantajes, no amenazas. Y siendo sincera me encanta pero no tengo ninguna gana de ir a ese antro horrible otra vez así que ignoro el mensaje y comienzo a meterme en la cama. De pronto comienzan a llegar más mensajes...
"Por favor, es importante y necesito ganar."
"Por favor, te necesito allí, me das suerte."
"Pija..."
No soy capaz de creer que Sean es el autor de aquellos mensajes y simplemente no puedo dejar que una sonrisa asome por mi rostro, sólo por verle así de sumiso iría.
"Vamos nena, te traeré pronto a casa, lo prometo."
Y no sé como pero a los pocos minutos me encontraba enviándole un mensaje del cual sé que me arrepentiría...
"Cállate, ahora bajo."
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Holy shit!
Es un cap que tenía guardado en borrador de no sé, hace dos años(?). Vuelvo a andar en Wattpad y como me pedís tanto pues he decidido subirlo. Si veo mucho apoyo me plantearé volver a la carga.
Besos de frambuesa.
Att: Alba
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Mi vecino de enfrente
Romance-Prométeme que volveré a verte. -Le suplico ahogada en lágrimas. -Lo prometo. ___________ Soy Anastasia Reid, pero si me caes bien me puedes llamar Ana, tengo diecisiete años y vivo atrapada por las normas. No es mi mejor presentación pero...