CAP.8

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MARATÓN 2/3

Maldito seas Sean Johnson. Mañana es sábado, y sí, me tocaría ir con él a no sé dónde y lo peor de todo es que estoy mintiendo a mi madre. No puedo negar que a cierta parte de mí le esta encantando esto: mentir a mi madre, conocer el por qué de los golpes en la cara de Sean, incumplir normas...

Pero otra parte de mí no lo disfruta tanto, sólo de pensar en las posibles consecuencias si mi madre se enterará, se me pone el vello de punta.

Hoy tampoco a aparecido Sean por la mañana, no pienso esperarle más. Seguramente mientras esperaba delante de casa, él se estaría riendo maléficamente desde la ventana, burlándose de lo patética que puedo llegar a ser a veces. No, a veces no, siempre.  Pero, no me importa. Bueno, quizás un poco.

Comienza clase de francés, estoy sentada en la penúltima fila, sin compañero. No coincido con nadie de mis amigos y los que conozco ya tienen compañero.

Entra el profesor Eric Plante. Hace una ridícula reverencia antes de sentarse y todos respondemos con un "¡Bounjour!". Nunca entenderé el porque de la reverencia, pero ya no me extraño, lleva haciéndolo toda la vida. El profesor Eric es de origen francés, de hecho, nació allí, pero sus padres se mudaron a Sydney por motivos de trabajo. Podemos considerarle bastante simpático. De lo profesores más tragables que conozco. Marc lo llama "le petit Napoleón".

Entra un rubio bastante alto, lleva el pelo peinado con un ligera cresta y no puedo evitar fijarme en su sonrisa, se le ve un chico encantador.

-Buenos días. -Dice con un tímida sonrisa, avergonzado, imagino, por llegar tarde su primer día. Cierra la puerta tras de sí y se coloca a lado del señor Eric. Delante de todos.

-Tenemos un nuevo compañero, James Gubler. -Anuncia el señor Plante, la escena es bastante graciosa dado que Plante es un hombre bastante bajito y James es un chico muy alto. Calculo que James le saca unas dos cabezas.

James levanta la mano a modo de saludo y no hay manera de quitarle esa preciosa sonrisa de la cara. -Señor Gubler, tomé asiento junto a la señorita Reid.

Por un momento me sorprendo, aunque no sé porque me extraño, no hay más asientos libres.

Segundos después toma asiento a mi lado, pronuncia un "hola" inaudible y yo sólo le dedicó una sonrisa tímida. Me siento afortunada de que se allá sentado a mi vera. El señor Plante comienza la clase y me dispongo a atender.

-Emm...¿Reid? -Dice en un susurro y mi vecino se pupitre.

-Me llamo Anastasia pero puedes llamarme Ana. -Digo sonriendo.

-Encantado Ana, ¿podías compartir tu libro? Aún no lo he comprado. -Y mi yo interior vuelve a aplaudir cuando giro la cabeza y le veo de nuevo la sonrisa.

Asiento y muevo mi libro hasta ponerlo entre medias de los dos.

Mientras transcurre la clase intento no mirarle la sonrisa, o directamente, no mirarle, pero soy incapaz. Es demasiado guapo. Cuando me fijo en sus ojos vuelvo a recordar al retrasado de mi vecino, Sean también los tiene azules pero los de James son muy claros, como el cielo. Me sonrojo cuando me pilla mirándole, pero como es un chico tan agradable sólo me sonríe. Si fuera Sean habría hecho algún comentario como "¿Quieres violarme o qué?" o "¿A qué estoy bueno?".

Sean me molesta hasta en mis pensamientos.

[...]

Estoy en la puerta despidiéndome de Eva para irme hacia casa.

-¿Has visto al chico nuevo? Esta como un tren. -Dice Eva buscándolo con la mirada.

-Que me vas a contar, se sienta conmigo en francés. Hemos intercambiado teléfonos, es muy agradable. -Y sé que Eva va a explotar en tres, dos, uno...

-¿¡QUÉ!? ¿¡EN SERIO!? NO PUEDE SER.-Me limitó a reír.

-¿Cómo puedes ser tan exagerada? -Digo aún riendo.

-¿¡Te lo vas a tirar!? -Grita a pleno pulmón y me muero de la vergüenza cuando todo el mundo se gira a mirarnos.

-¡Shhh! ¿Estás boba? Claro que no. -Dios está chica es increíble, que vergüenza.

-¡Anastasia, mueve tu precioso culo y tira! Me estoy aburriendo. -Dice Sean gritando desde la otra punta.

-Ya claro, porque estas enamorada de Sean. -Ataca ella.

-¿Qué? ¿Te has vuelto loca? No por dios. Adiós Eva. -Contestó secamente.

Y cuando me acerco a Sean dispuesta a llegar a casa, oigo a la incansable de Eva:

-¡SI LO HACES, USA PROTECCIÓN! -Grita, y la gente vuelve a mirarnos.

La cara de Sean es un cuadro y no quiero saber como está la mía después de esto.

-¿Pero qué coño? -Es lo único que Sean pronuncia.

-Ella es así, te acabarás acostumbrando, créeme, yo lo he hecho.

-Eso espero. -dice riendo.- ¿Si quieres te puedo dar clases de cómo poner un condón? -dice pícaro.

-¡SEEEEAAAN!-Le grito y le doy un golpe en el brazo.

Este chico hace que se me suban todos los colores.

Llevamos un rato caminado, no puedo dejar de mirarle, aún conserva la cara amoratada y sigue con el corte en el pómulo. Él en camino no aparta la vista del suelo.

-Espero que en nuestra cita de mañana no corra peligro mi vida. -Digo para romper el hielo, y me doy cuenta de que frenamos porque ya he llegado a mi casa.

-¿Qué? No es ninguna cita, no seas patética. -Ya está, vuelve Sean alias idiota.

Debo admitir que me ha dolido bastante,  aunque ya estoy curada de espanto con este chico.

No sé que decirle, como siempre. Y aunque lo hiciera tendría la última palabra. Noto que se me aguan los ojos.

- A veces no pienso lo que digo. Lo siento. -Dice arrepentido.- Sólo, que no es una cita, no eres mi tipo.

-Por está vez lo dejaré pasar y ya sabía que no era una cita. Eres un maldito bipolar.

-Y tú pija. -Responde él.

-¿No tienes otra frase? Eres frustrante.

-Encanto personal preciosa. -Y se me pone los pelos de punta cuando me llama preciosa.

-Por cierto, tu tampoco eres mi tipo.-Y me meto en casa, no quiero saber más de él.

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Hola baes!

Espero que les esté gustando el capítulo.

En multimedia les dejo como me imagino al sexy y perfecto James Gubler.

Sean me pone de mal humor D:<

Voten y comenten.

Att: Alba

Mi vecino de enfrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora