CAP.2

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Escuché como Rita golpeaba la puerta de mi cuarto, como cada mañana, Rita se encargaba de levantarme y si me resistía mucho acabaría sacándome de la cama a la fuerza.

-¡Arriba cariño!- grita a pleno pulmón.

Me revolví entre las sábanas y tapé mi cabeza con la almohada.

-¡No lo digo más veces Anastasia!-insiste ella mientras volvía ha aporrear la puerta.

-Ya, ya voy Rita. -Digo mientras me incorporo y me froto los ojos.

Me fuí al cuarto de baño y me miré en el espejo. Parecía un zombi. Me lavé los dientes y fuí hacía la ventana para subir la persiana y que mi cuarto se iluminará.

En la ventana de enfrente vi la silueta de un muchacho, aparentemente de mi edad, deduzco que será el hijo de los vecinos de al lado. Recuerdo que mi madre fue ayer a invitarlos a comer. Bajo las escaleras corriendo sin importarme el aspecto que tuviera en aquel momento y encuentro a mi madre desayunando en la cocina.

-Buenos días hija-dice mientras untaba su tostada.

-Buenos días ¿y papá? -digo al notar su ausencia.

-Le ha salido una urgencia en la empresa, por cierto, prepárate que hoy comemos con los vecinos. Son muy amables y tienen un hijo de tu edad.

[...]

Se acercaba la hora de comer. Rita apareció con un vestido blanco de tirantes con algo de vuelo que dejó sobre mi cama y unos zapatos de tacón del mismo color.

-¿De verdad tengo que ir así vestida?-digo protestando.

-Es lo que ha mandado tu madre, anda, vístete que van a llegar los Johnson. -Me anima Rita a lo que yo suelto un bufido.

Me visto y me maquillo ligeramente, dejo mi pelo suelto y me siento en la cama con mi móvil. Todo el mundo comentaba en las redes sociales sobre la fiesta de anoche, debió de ser épica porque mi madre se estaba tirando de los pelos esperando a que Dylan llegará a tiempo a la comida con los vecinos.

Sonó el timbre. Mientras Rita se acercaba hacia la puerta, yo bajaba las escaleras con calma y al llegar abajo mi madre se acercó a mí:

-Ya sabes las normas, siempre una sonrisa y mucha educación en la mesa, no me hagas pasar vergüenza Anastasia. -dice ella advirtiéndome una vez más de las malditas normas.

-Sí mamá... -digo alargando mis palabras.

-Esto es horrible aún no han llegado ni tu hermano, ni tu padre, vamos a quedar en ridículo. -Comentaba ella agobiada.

-Señora, el señorito Dylan ya ha llegado. -Interrumpió Rita y mi madre soltó un suspiro de alivio.

-Gracias Rita, puedes retirarte, y tú Dylan, al fin llegas, date prisa en arreglarte que hoy comemos con los vecinos. -Dice mi madre.

Subí con Dylan a la planta de arriba, le dí el traje que debía ponerse y me miró con una cara de zombi a lo que yo no pude evitar reírme como una loca.

-Anda, cállate boba-dice divertido, nos pasábamos el día insultándonos pero nos queríamos mucho.

El entró en su cuarto y yo al mío.

[...]

Los vecinos se retrasaban un poco, pero eso le dio ventaja a mi madre para que todo quedará aún más perfecto de lo que estaba y también de que mi padre llegará a tiempo a la comida, el cuál estaba ya cambiado y listo abajo leyendo el periódico. Yo en cambio, estaba acariciando a mi gata Roxy, la cuál ronroneaba en mi regazo.

Sonaron dos golpes en mi puerta:

-Ana, ya han llegado- dijo Dylan a través de la puerta.

Y mientras bajaba ví a un matrimonio, calculó que de la edad de mis padres, una niña pequeña y un chaval, el muchacho que ví por la ventana. Los padres se presentaban, la niña recorría la casa con la mirada, mientras mi hermano revisaba su móvil y el chaval me miraba fijamente.

Nadie notaba mi presencia, sólo él, que me miraba atento mientras llegaba abajo. Tenía el pelo moreno, y unos ojos azules en los que te perdías solo con mirarlos.

Al fin, todos notaron mi llegada y mi madre se acercó a mí.

-Os presentó a mi hija mayor Anastasia- saludé con la mano tímidamente y mi madre continuó con la presentación- estos son el señor y la señora Johnson y estos, sus hijos Sean y Mary.- los dos me saludaron amablemente, pero Sean con una expresión algo seria.

Nos sentamos en la gran mesa, con Mary a mi derecha y con Sean enfrente. El cuál comenzaba a incomodarme dado que no me quitaba la vista de encima, me sentía más observada que nunca. Resultaba bastante imponente.  Tierra trágame.

[...]

-¿Y a qué te gustaría dedicarte? -Dice la señora Johnson,  refiriéndose a mí.

Ví como mi madre me dio una de sus miradas dándome a entender que no podía decir la verdad porque según ella, eso sería una humillación para los Reid.

-Voy a estudiar derecho- digo con una sonrisa falsa.

-Que bien, Sean tiene pensado estudiar arte dramático. -dice mirando a Sean el cuál no había pronunciado ninguna palabra en toda la cena.

Rita trajó el postre, las madres hablaban de ropa de grandes marcas, los padres de fútbol, Mary jugaba con mi gata, Dylan se estaba quedando dormido en la mesa mientras que Sean y yo estábamos intercambiando miradas y él me dedicaba alguna que otra sonrisa.

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Hola baes;

Disfrutar del capítulo.

5 votos y seguimos.

Att: Alba.

Mi vecino de enfrenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora