Mi vecino de enfrente

CAP.1

Era viernes. Me encontraba con mi mejor amiga en los pasillos de mi instituto a punto de entrar en nuestra última hora de clase.

-¿¡Has oído de lo que habla todo el mundo!?-dice Eva ilusionada.

-Si te refieres al barullo que han montado "Las Silicona" sí.- "Las Silicona" era como llamábamos ella y yo al grupito de las populares, por razones obvias.

-Todos comentan sobre la fiesta que va ha montar Jake en su casa. -Jake era el capitán del equipo de fútbol, el típico popular, mujeriego y musculoso por el cuál babeaba cualquier mujer, menos yo. Le odiaba desde que hace un año decidió ponerme en ridículo tirándome un batido por encima. -¿Y...bien? ¿Vas a ir?

-Esa es la pregunta más estúpida que he escuchado en toda la mañana y mira que me siento con Marc en biología.-ella río ante mi comentario-¿De verdad crees que mis padres me dejarían ir a una fiesta dónde abunda el alcohol, las drogas y las relaciones sexuales sin precaución? -Eva rodó los ojos ante mi comentario, me imagino que porque le pareció demasiado exagerado.

-¿Por qué a ti no te dejan y a tu hermano sí? Es algo que nunca entenderé.

-Soy su hija ejemplar, la que tiene que estar antes de que oscurezca en casa, la que no puede tener contacto con un chico a no ser que este a medio metro de distancia, la que saca las mejores calificaciones, ¿quieres qué siga? Para ellos, mi hermano Dylan es un caso perdido y por eso le han dado rienda suelta, ponen todas sus esperanzas en mí. -Digo con algo de diversión en mis palabras pero Eva sabía que moría de ganas por romper cada una de esas reglas.

[...]

Cuando llegué del instituto me tiré sobre mi cama, no había nadie en casa, como siempre, mis padres en sus reuniones de empresa y mi hermano estaría por ahí con alguno de sus ligues.

Abrí la ventana para que entrará algo de aire a mi cuarto, el cuál parecía un horno y aprecié como en la casa de al lado había luz. Hacía como diez años que ahí no vivía nadie y la verdad es que me llamo la atención. En la entrada de aquella casa se encontraban apiladas montones de cajas y dos camiones de mudanza. Recuerdo que antes vivía un señor muy mayor con muy mal carácter que me aterraba, acabó falleciendo y la casa quedó deshabitada, hasta ahora.

No tardaría en conocerlos, dado que en cuánto mi madre se enteré de que han venido vecinos nuevos irá a recibirlos con la mejor caja de bombones que exista en el mercado y después les insistirá en que vengan a cenar a casa hasta que no puedan negarse, aunque fueran los vecinos más antipáticos del mundo.

[...]

Ya era hora de cenar, llevaba toda la tarde pensando en que esta noche todo mi instituto estaría de fiesta, menos yo. Como siempre. Escuché como la puerta de la entrada se había cerrado, mis padres ya habían llegado. Bajé las escaleras y los recibí con un abrazo a cada uno.

Estábamos cenando el pescado gratinado que Rita nos había preparado, Rita era la mujer que se encargaba de las tareas del hogar, una señora algo mayor, bajita pero muy dulce, me había criado desde pequeña, era como una abuela para mí.

Me introdujé en la boca el último trozo de la cena y le comenté a mi madre: -Mamá, ¿sabes qué han vuelto ha habitar la casa de al lado?

-¿La del señor Morrison? -dijo mientras señalaba a Rita su vaso dándole a entender que se lo rellenará.

-Sí, está tarde estuvieron de mudanza.

-¡Estupendo! Así ya tendremos que hacer mañana por la noche, ahora mismo iré a invitarlos. -Dijo mientras se levantaba de la mesa y rebuscaba en un armario de la cocina sacando un paquete de bombones.

-¿No es un poco tarde para que vayas ahora? -dije intentándola frenar.

-Sí, es tarde, así que vete a tu cuarto a dormir.-Bufé, no me dejaban vivir.

Me retiré a mi cuarto maldiciéndolos por lo bajo y caí en un profundo sueño en cuánto mi cara todo la almohada.

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Hola baes;

Espero que les haya gustado el primer capítulo.

5 votos y seguimos.

Att: Alba.