Después del mal sabor de boca que me dejó la conversación telefónica que tuve ayer con Sean, me acosté con la intención de dormir, pero fuí incapaz, y estuve hasta tarde despierta intentando que la presión que oprimia mi pecho disminuyese; leí, ví la tele, hice la croqueta por la cama, hasta que al fin mis fuerzas empezaron a desfallecer y la presión en mi pecho disminuyó hasta dormirme completamente.
Al levantarme lo único que pienso es en que tengo que olvidarme de todo lo ocurrido ayer, Sean no se acordará y así haremos como que nada ha pasado porque nada ha pasado ¿no? Me asomo por la ventana y su cuarto tiene la persiana bajada. Está durmiendo, lógico Ana, lógico.
¿A qué hora habrá llegado? ¿Anoche él tendría la misma presión en el pecho que yo? Seguro tiene resaca. Me golpeo mentalmente cuando en mi cabeza aparece la idea de ir a ver que tal está.El sonido de alguien llamando a mi puerta me saca de mis pensamientos.
-Buenos días Ana. -Dice con esa sonrisa tan bonita. James ya está aquí y eso me llena de alegría. Se acerca a mí y me abraza con fuerza. Había olvidado por completo que había quedado con él para hacer el trabajo. Estoy agotada pero tener a James aquí me recarga las pilas.
-Buenos días madrugador...-Le digo tapando mi boca cuando noto que se aproxima un bostezo. Rompemos el abrazo, el cuál correspondí con ganas y me mira sonriendo. Me muero de vergüenza al imaginar como me veo recién levantada pero a él no parece importarle. Eso de que Rita no esté es un fastidio, si ella hubiera estado, me hubiera venido a avisar y posiblemente James estaría abajo esperándome con un café caliente recién hecho, no aquí, admirando mi belleza mañanera. Supongo que mi hermano le habrá abierto la puerta de la manera más maleducada posible.
-Vamos, te llevo a desayunar. -Me informa. Automáticamente en mi cara asoma una sonrisa. Así da gusto empezar el día.
[...]
Dejo a James abajo esperándome mientras termino de arreglarme. Me gustaría presentárselo a mis padres pero como siempre, nunca están en casa.
Al bajar las escaleras James me sonríe y se muerde el labio inferior.
¿Quiere matarme?
No puedo evitar fijarme en él, tiene unos vaqueros claros y una sudadera de la marca Obey, decir que James no es un chico atractivo sería mentir descabelladamente.
Cuando vamos a salir de casa no puedo evitar mirar la casa que está junto a la mía y recordar a Sean y me apetece que venga, aunque sólo sea para joder y escuchar sus comentarios groseros.
Quiero que se asome por la ventana y me vea con James.
Quiero que sienta celos y rabia.
Exactamente lo que yo sentí ayer cuando lo ví con ella. Pero sé que a él le daría igual verme con cualquier chico.[...]
Tras caminar unos cinco minutos paramos enfrente de una cafetería, "La vie est belle". Una cafetería con bastante prestigio a la cual he ido toda mi vida. Sus dueños son franceses y bastante simpáticos. Vinieron de inmigrantes a Sydney hace bastante tiempo en busca de trabajo, acabaron montando una pequeña cafetería en un barrio poco conocido y ¡Boom! Todo el mundo comenzó a hablar sobre ellos, el trato, la belleza del local, todo y por no hablar de su producto estrella; ¡Croissant de chocolate! Y es que Cécile, la dueña del local hace los mejores croissants del país. Todo esto les dio la suficiente fama como para volverse una de las mejores cafetería-restaurante del lugar. Y a pesar de haber trabajado durante 40 años y haber recaudado tres veces más de lo que pensaban, siguen trabajando porque según Pier, el marido de Cécile, se ha convertido en una pasión.
Esto me hace volver a recordar a Sean y lo diferente que es de James. Sean me lleva a un antro donde boxea y James me lleva a una preciosa cafetería francesa a desayunar. Es una de las razones por las que James me cae bien y Sean no.
Mientras caminamos, los dorsos de nuestras manos se rozan ocasionalmente y me apetece agarrarle la mano de una vez por todas pero me da miedo como reaccione. Retengo mis instintos y prosigo nuestro viaje hablando de cosas irrelevantes. Su pelo rubio brilla resplandeciente bajo el sol y sus ojos azules son protegidos por unas gafas de sol que le hacen ver más guapo de lo normal.
No puedo camuflar mi sonrisa, estoy feliz, así que para disimular un poco, voy mirando el suelo, como si fuera lo más interesante del mundo.
De repente noto que me mira y levanto la cabeza, cuando nuestras miradas se unen le dedico una sonrisa tímida pero él me mira atento y dice:
-¿Sabes? Jamás pensé que sentarme contigo mi primer día de clases iba a ser lo mejor que me podía haber pasado Ana.
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¡Hola baes!
¡BAJAR LAS ARMAS! YA ESTOY AQUÍ. Sé que he tardado demasiado, está vez mi disculpa es seria y es que falleció un familiar y tuve que viajar a mi ciudad natal, bueno no os voy a contar aquí mi vida :/ no tenía ánimos para escribir, ni tiempo, ni Internet.
En fin, aquí estoy. Estoy muy nerviosa porque mañana empiezo nuevo instituto :/Espero seguir cumpliendo el horario ♥
¿Qué sois? ¿#TeamJames o #TeamSean?
Los dos son muy...asgagsgagghshaha *-*
En multimedia os dejo a nuestro tierno James ♥ Sé que el capítulo es algo cortito y aburrido pero bueno, era necesario para proseguir con la historia :$
Os quiere;
La tardona y pesada de Alba.
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Mi vecino de enfrente
Romance-Prométeme que volveré a verte. -Le suplico ahogada en lágrimas. -Lo prometo. ___________ Soy Anastasia Reid, pero si me caes bien me puedes llamar Ana, tengo diecisiete años y vivo atrapada por las normas. No es mi mejor presentación pero...