Peligrosa enfermedad

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Las enfermedades más peligrosas son aquellas que nos hacen creer que estamos sanos.Proverbio 42, Manual de LL

Jeff

Hace ya muchos años que el amor y la atracción guiada por los instintos de las feromonas fueron  clasificados como una enfermedad, y  encontraron una cura. Mi primo Otom , lleva nueve años libre de esta enfermedad. El dice que ya ni siquiera recuerda los síntomas. Yo tengo mi cita para la operación en noventa y cinco días, el 1 de mayo, en mi cumpleaños. No tengo miedo, estoy impaciente. Me la haría mañana mismo si pudiera, pero hay que tener dieciocho años para que los científicos te curen. Si no, pueden quedarte secuelas graves.

No me gusta pensar que llevo la enfermedad en la sangre. A veces siento que se retuerce en mis venas, contaminándome. Me siento sucio. Me recuerda a los niños con rabietas y a los chicos que se resisten a la intervención. Y, por supuesto, me recuerda a mi padre.

Después de la operación, seré feliz y estaré a salvo para siempre. Eso es lo que dicen todos: los científicos, mi primo Otom y el tío Tony. Después de la intervención, me emparejarán con un chico y, dentro de unos años, nos casaremos. He empezado a soñar con mi boda. Estoy bajo un toldo blanco, con flores. Voy de la mano de alguien, pero su cara es borrosa. Sus manos están frescas y secas, y mi corazón late de forma regular. Sé que siempre latirá con ese mismo ritmo, sin acelerarse ni dar vuelcos. Estaré a salvo y libre de dolor.

En la escuela aprendimos que hace muchos años, la gente no sabía que el amor era una enfermedad letal. Incluso lo celebraban. Pero el amor afecta a la mente, impidiendo pensar con claridad o tomar decisiones racionales. La gente de aquella época daba nombres a otras dolencias sin darse cuenta de que eran síntomas relacionados con el amor.

Aún no estamos totalmente libres de los efectos del amor. Hasta que el tratamiento sea seguro para los menores de dieciocho años, no estaremos completamente protegidos. Este mal sigue reptando entre nosotros, asfixiándonos. He visto a muchos incurados ser llevados a la intervención, tan atormentados por la enfermedad que preferían sacarse los ojos antes que vivir sin amor.

Hace varios años, un chico se libró de sus ataduras el día de su operación y se lanzó al vacío desde la azotea del laboratorio. Su rostro muerto se mostró en televisión para recordar a todos los peligros del amor. Tenía los ojos abiertos y el cuello torcido, pero parecía que dormía.

Noventa y cinco días más y estaré a salvo. Estoy nervioso, claro. Me pregunto si la intervención dolerá. Quiero que pase ya. Es difícil no tener miedo estando aún incurado, aunque por el momento, los medicamentos han funcionado. El amor no me ha tocado y tampoco he sido capaz de percibir ninguna feromona. Aun así, me preocupo. Dicen que en los viejos tiempos el amor llevaba a la gente a la locura. El Manual de LL cuenta historias de personas que murieron por un amor perdido o por uno que nunca encontraron. Eso es lo que más pánico me da.

El amor, la más mortal de todas las cosas mortales. Te mata tanto cuando lo tienes como cuando no lo tienes.

Loveless (AlanxJeff)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora