Capitulo XXXIV Topacio

2 1 0
                                    

Glenn

No se me complicó entrar en Topacio, su mente es débil como ella.

Traté de ir a lo más profundo de sus recuerdos.

Los humanos solemos tener innumerables recuerdos, la mayoría bloqueados por sucesos que nos dejan en shock es decir traumas o porque, solamente el cerebro los bloquea por la simple razón de que no son importantes.

El vacío en el que viajaba era solitario, hasta que caí en un lugar duro y frío. El golpe dolió, pero no impidió que me levantara.

- Topacio - escuché que alguien habló - pero no respondió - ¿ No hablarás ?.

Estaba esperando a ver a Topacio, hasta que vi, que yo ocupaba su lugar, solo podía escuchar, entre otras cosas, ya que por ser un recuerdo casi extinto, no me permitía movilizarme, solo estaba ahí como espectadora.

- Solo quiero a mi hijo - susurró formando con sus manos unos puños.

- Tranquila, tú hijo está bien - mencionó Boiko con tranquilidad - nuestro hijo está bien - pronuncio con burla y sarcasmo.

¿ Hijo ?, esto quiere decir que Topacio es alguien cercano a Boiko.

- ¿ Dónde está ? - lo miró preocupada.

- Si quieres saber dónde está, ya sabes lo que debes hacer.

- No por favor - rogó.

- Entonces no veras a tu hijo - ladeó su cabeza para darse la vuelta y poder irse.

- Espera - dijo en alto - lo intentaré una vez más.

Topacio yacía en una habitación blanca, tenía una bata blanca puesta, pero sus manos y pies estaban morados, como si le hubieran pegado.

Estando en el cuerpo de Topacio experimenté nauseas, dolor y sangrado. Para tener de vuelta a su hijo, tenía que alterar la realidad para poder atravesar la línea cuántica para poder viajar. Por lo tanto, la habitación donde se encontraba parecía deformarse y ella, no paraba de sangrar, pero sin importar el dolor que todo esto le provocaba, ella haría lo que fuese para recuperar a su hijo que fue obligada a tener para un experimento futuro. Y así fue, que ella logró atravesar la línea cuántica, alterando la realidad.

Observé a mi alrededor y había otra copia exacta de ella, pero esa copia, estaba con un bebé de 6 meses en brazos que estaba llorando

- ¡ Ciel ! - expresó corriendo hacia su hijo.

Lo raro de esto, era que este salto cuántico, provocó que todos estuvieran congelados, hasta su misma doble yacía inmóvil, menos el niño que lloraba desconsolado.

- Tranquilo - se acercó a ella misma que estaba quieta como si de una estatua se tratase - Mami está aquí - con mucho cuidado tomó al bebé y lo abrazó.

Pero como si de un pestañeo se tratase, la realidad cuántica donde estaba, se fue deformando, teniendo consigo a su hijo, regresando a la realidad.

Aunque sus manos se pusieran más moradas y su nariz sangrara, esto no le importaba, porque ya tenía consigo a su hijo.

- Ya ves que no están difícil hacer tu trabajo - decía Boiko aplaudiendo, mientras que ella no quitaba su vista de él - Y ahora - dijo en seco - quíntenle al niño - ordenó a los guardias que estaban a su lado.

- ¡ No ! - gritó haciéndose para atrás - ¡ hice lo que pediste, no me quites a mi hijo ! - gritaba mientras defendía a su hijo de los guardias.

- Nunca creas en nadie Topacio - recibió como respuesta.

Humanoid Saga Metamorphosis ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora