Capitulo XXXVII

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Glenn

Mi respiración era lenta y un poco pesada. Comenzaba a recuperar mi sentido auditivo, identificando los monitores que checaban mis signos, pero mis ojos seguían cerrados, como si pesaran mucho mis párpados como para poder abrirlos, sin embargo, mis ojos los seguía moviendo debajo de estos, para poder lograr entreabrirlos.

Levanté mis manos, las observé un poco, estaban pálidas, frías y limpias, notando enseguida que en mi muñeca derecha tenía una pulsera, que colocan para identificar a el paciente, después de un momento ignoré su existencia y llevé mis manos a mi pecho, sintiendo unos cables que yacían pegados a unas ventosas que provenían del monitor.

Giré mi rostro y vi a Topacio, la observé, tenía los mismos cables pegados a su pecho, pero los dedos de sus manos estaban de un tono azulados. Arrugué mi entrecejo sin entender el por qué. Dejé de verla y detuve mi mirada en la luz blanca del techo, la que siempre veía cuando sabía que estaba en una habitación, aquella habitación de cuatro paredes donde crecí, la diferencia era, que no olía a agua destilada, al contrario, olía a madera.

Di un suspiro profundo, haciendo que mi pecho se sumiera, justo cuando había pensado en pararme, alguien entró a la habitación.

Respiré ondo, sin importar la persona que haya entrado, no evitó que yo me irguiera quedando encorvada, noté de inmediato que vestía una bata blanca, su textura es suave y a la vez roñoza pero cómoda. Me volví a enfocar en la mujer que había entrado, mis ideas estaban disparadas, no sabía que preguntar, hasta que lo solté.

- ¿ Qué hago aquí ? - cuestioné sin ver a la mujer que había entrado, estaba concentrada en la punta de mis pies que al igual que mis manos, estaban limpios.

- Glenn, ¿ Verdad ? - respondió amable, obteniendo de mi parte un movimiento de cabeza acertando - Soy la Doctora Vega, ¿ Cómo te sientes ? .

- Bien - solté, como si bien, para mi se tratará de cuando no hay peligro, pues... Aún me costaba discernir esa emoción, sentimiento de lo que era estar en paz.

- Que alivio - expresó llevando una mano a su pecho - pensábamos que no despertarías.

- ¿ Por qué ? - cuestioné arrugando mi entrecejo. Supongo que eso significa que dormiría por mucho tiempo.

- Porque llevabas 1 semana dormida - me miró tomando sus manos con nerviosismo.

- Eso es mucho.

- Demasiado - asintió acercándose a mi - necesito revisarte .

- No - me puse al borde de la cama - estoy bien, no hace falta hacerlo - la miré .

- Será una revisión rápida- sonreía nerviosa acercándose cada vez más a mi.

- Si te acercas a mi, tendré que matarte - su reacción fue de susto, sus ojos se abrieron de par en par y retrocedió.

- Bueno, tendré que utilizar otro método para que podamos hacerlo, ya regreso - se fue con una sonrisa nerviosa.

La Doctora salió de la habitación un poco, cómo dirían los humanos ... ¿frustrada y feliz?, en eso volví a enfocar mi vista en Topacio que descansaba tranquilamente,me bajé de la camilla, cayendo al suelo porque mis piernas estaban torpes.

Me levanté con cuidado de no enredarme con algunos cables que estaban en el suelo, lográndome acercar a Topacio.

Hundí mi ceño al verla, se supone que estaba, ¿ Bien ?, su rostro se veía pálido, intenté tocarla pero la doctora Vega entró con Hidden.

- ¡ Ya despertó la Bella durmiente ! - dijo Hidden expresando en tono de felicidad

- ¿ La Bella quien ? - cuestioné alejándome de Topacio .

Humanoid Saga Metamorphosis ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora