Durante meses, Sakura había planeado cada detalle de su boda con una dedicación casi obsesiva. Había soñado con este momento desde que Sasuke había regresado a la aldea y, finalmente, aceptado casarse con ella. El día tan esperado se acercaba, y Sakura quería que todo fuera perfecto. No era solo un deseo personal; era una promesa que se había hecho a sí misma. Después de todo lo que habían pasado, después de todo el dolor, ella merecía un final feliz.
— Naruto, ¿ya confirmaste que todos los invitados estarán presentes? — Preguntó Sakura mientras revisaba por enésima vez la lista en sus manos.
Naruto, con su habitual energía, asintió vigorosamente.
— ¡Claro, Sakura-chan! Todos estarán aquí. Incluso le recordé a Gaara que no puede llegar tarde.
Sakura sonrió ante la imagen de Naruto molestando al Kazekage para asegurarse de que asistiera. Su amigo había estado increíblemente involucrado en los preparativos, tal vez más emocionado que ella misma.
— Gracias, Naruto. No sé qué haría sin ti — Dijo Sakura, tocando suavemente el brazo de su amigo en señal de agradecimiento.
— ¡Nah! — Respondió Naruto con una risa.— Sabes que haría cualquier cosa por ti, Sakura-chan. Esta boda será la mejor de todas. ¡Te lo prometo!
Mientras tanto, Ino estaba ayudando a Sakura a elegir las flores. Sabía lo importante que era para su amiga que todo saliera perfecto, y había hecho un esfuerzo extra para asegurarse de que las flores estuvieran frescas y brillantes el día de la ceremonia.
— Estas peonías rosas representan la felicidad y el matrimonio feliz.— Explicó Ino mientras colocaba un ramo frente a Sakura.— Además, se ven hermosas, ¿no crees?
Sakura sonrió mientras olía las flores. Eran perfectas.
— Ino, gracias por estar aquí para ayudarme. No sé si podría haber hecho todo esto sola.
Ino sonrió ampliamente.
— Para eso están las amigas, Forehead. No puedo esperar a verte caminar hacia el altar.
A medida que se acercaba el gran día, Sakura no pudo evitar notar que, aunque Sasuke estaba presente y ayudaba con algunos detalles, su mente parecía estar en otra parte. Había momentos en que lo encontraba mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos.
—¿Sasuke? —preguntó una noche mientras revisaban la disposición de los asientos— ¿Todo está bien?
Sasuke parpadeó y volvió su atención a ella.
— Sí… — Dijo, con una voz que intentaba ser convincente.— Solo estoy… pensando en todo lo que está pasando. Es un gran paso.
Sakura asintió, sintiendo una ligera punzada de preocupación, pero decidió no insistir. Sabía que Sasuke no era del tipo de expresar sus emociones abiertamente, y había aprendido a darle espacio.
— Entiendo. Pero si algo te preocupa, puedes decírmelo.— Respondió, tomando suavemente su mano.
Sasuke la miró por un largo momento antes de apretar su mano con un gesto que Sakura interpretó como una promesa silenciosa de que todo estaría bien.
El día de la boda llegó, y con él, una brisa fresca y cielos despejados. Sakura se levantó temprano, sintiendo una mezcla de nervios y emoción. Mientras Ino la ayudaba a ponerse el kimono nupcial, los recuerdos de su relación con Sasuke pasaron por su mente. Todo lo que habían vivido, lo que habían superado… todo culminaba en este día.
— Estás preciosa, Sakura.— Dijo Ino con una sonrisa genuina.— Sasuke no sabrá qué decir cuando te vea.
Sakura se miró en el espejo y por primera vez en mucho tiempo, se sintió completamente segura de sí misma.