🌸Promesas🌸

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Sakura se encontraba en la sala de su casa, acariciando su vientre ya notablemente redondeado. El bebé que llevaba en su interior era una constante fuente de alegría y emoción, pero también de ansiedad. Estaba de cinco meses, y aunque Kakashi siempre se aseguraba de regresar cada noche, su posición como Hokage a menudo lo obligaba a salir de la aldea, ya fuera para reuniones importantes o misiones que no podía delegar.

Miró hacia la ventana, donde el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados. "¿Dónde estará Kakashi ahora?" pensó. Había salido en una misión de tres días, y aunque le había prometido que regresaría pronto, no podía evitar sentirse inquieta. La idea de que él no estuviera a su lado cuando llegara el momento del parto la aterraba.

—¿Estás bien, Sakura? —preguntó Ino, quien había pasado a visitarla.

Sakura la miró, esforzándose por sonreír.

—Sí, solo estoy... preocupada.

Ino frunció el ceño.

—¿Es por Kakashi, verdad?

Sakura asintió, acariciando su vientre.

—Sé que es el Hokage y que tiene responsabilidades, pero cada vez que sale de la aldea, no puedo evitar pensar en que algo podría salir mal. Tengo miedo de que no esté aquí cuando nuestro bebé nazca.

Ino se sentó junto a ella y le dio un suave apretón en la mano.

—Entiendo cómo te sientes, pero Kakashi siempre ha sido un hombre confiable. Sé que va a hacer todo lo posible por estar aquí cuando lo necesites.

Sakura dejó escapar un suspiro, sus pensamientos cada vez más revueltos. Sabía que Ino tenía razón, pero eso no calmaba sus temores. Kakashi había pasado por tantas batallas, tantos momentos peligrosos, y aunque ahora sus misiones no eran tan arriesgadas, siempre existía la posibilidad de lo inesperado.

Justo en ese momento, la puerta principal se abrió, y Sakura se giró rápidamente, sintiendo una mezcla de alivio y emoción al ver a Kakashi entrar, aún con su capa de Hokage puesta.

—Perdón por llegar tarde —dijo él con una sonrisa bajo su máscara—, la reunión se alargó más de lo que esperaba.

Sakura se levantó lentamente, sintiendo el peso de su vientre, y caminó hacia él. Kakashi, notando su gesto, se acercó y la envolvió en un abrazo, dejando un beso suave en su frente.

—Te extrañé —susurró Sakura, apoyando su cabeza en su pecho.

Kakashi acarició su espalda con ternura.

—Yo también te extrañé —respondió—. ¿Cómo están ambos?

—Bien... Pero estoy preocupada, Kakashi. No quiero que te pierdas el nacimiento de nuestro bebé. Tengo miedo de que en alguna de esas salidas no regreses a tiempo.

Kakashi la miró con ternura, comprendiendo de inmediato lo que la inquietaba. Se agachó un poco para estar a la altura de su vientre y lo acarició suavemente.

—Te prometo que estaré aquí cuando llegue el momento. No importa lo que pase, no me perdería eso por nada del mundo.

Sakura sonrió, pero aún había un atisbo de duda en su mirada.

—Es que... eres el Hokage. No siempre puedes controlarlo todo.

Kakashi se levantó y tomó su rostro entre sus manos.

—Lo sé, y entiendo tu preocupación. Pero, si alguna vez hay algo que me impida estar aquí, te aseguro que habrá alguien a tu lado. Además, a partir de ahora, no aceptaré más misiones que me saquen de la aldea. Mi prioridad eres tú... y nuestro hijo.

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