Quiero decir... ¿realmente te imaginas a JJ siendo padre?", te preguntó Kiara un día en un rodeo. Tú y él habían ido y se habían topado con Kiara. Se sentó, conversó y se rió con sus amigos mientras se relajaba tomando un sorbo de cerveza.
"Puedo", dijiste con sinceridad, mirándolo. Él te miró, sonriendo detrás de su botella de cerveza antes de mirar a sus amigos.
JJ resultó ser un mejor padre de lo esperado.
Cuando tenía seis años, entró a la habitación compartida gritando y llorando porque había un monstruo debajo de su cama.
-Cariño, no hay ningún monstruo -le dijiste, abrazándola y abrazándola.
"¿Quieres que papá vaya a ver?", le preguntó. Estaba exhausto y cansado, no quería nada más que acostarse. Pero se ofreció y ella asintió con entusiasmo.
"Gracias", suspiraste, mirándolo con una sonrisa mientras se iba. Él solo asintió y la siguió hasta su habitación.
Suspiró mientras se sentaba en el suelo, moviendo la cabeza para mirar debajo de la cama.
"Oh, ya lo veo", le dijo. Ella gritó y corrió hacia la otra habitación. Él se levantó con una pequeña sonrisa y sacudió la cabeza, entrando en la habitación donde ella estaba.
"Papá, papá, ¿los conseguiste?", preguntó, su acento sonaba igual que el de JJ.
"Sí. Me he deshecho oficialmente de todos los monstruos de la casa. Mira, tu papá es un experto en atrapar monstruos", le dijo, observando que su expresión cambiaba a una de sorpresa.
"¡Guau! ¿En serio?"
-Sí, ahora vuelve a la cama. -Señaló la puerta, ella abrazó sus piernas y le agradeció, despidiéndose de ambos y corriendo a su habitación de nuevo.
E incluso cuando era mayor, cuando un chico le rompió el corazón, se sentó en su habitación, sollozando toda la noche. JJ acababa de llegar a casa y te miraba acariciarle el brazo de arriba a abajo, dejándola llorar en tu hombro.
Él frunció el ceño, se quitó el sombrero y lo puso sobre el escritorio que ella tenía, entrando a la habitación.
- ¿Qué pasa, mariquita? -preguntó preocupado.
"J-Josh, él rompió conmigo esta mañana. Dijo que yo era demasiado sensible..." tartamudeó, frunciendo el ceño y acariciando su cabeza otra vez.
"Oh, ese cabrón... ¿dónde está mi maldita pistola?"
Ella se rió de su reacción, tú sonreíste ante su risa. Ella se secó las lágrimas y sollozó. Él también sonrió y se sentó con ustedes dos.
"De todas formas, era feo", se encogió de hombros JJ, pero abrió los brazos para abrazarla. "Y ni siquiera sabe montar. ¡Ni disparar! ¡Tú has estado haciendo ambas cosas desde que tenías 8 años!"
Ella rió de nuevo, su padre siempre tenía una manera de hacer reír a cualquiera.
Kiara se equivocó cuando dijo que JJ no sería un buen padre, porque era el mejor en eso.