-¡Me voy a caer, Alexander!- Grito aterrorizada, sintiendo cómo el animal comienza a acelerar poco a poco.
-Tienes que transmitirle seguridad y confianza- Aconseja desde el lomo de su caballo. -Si nota que tienes miedo entonces tomará el control y hará caso omiso de lo que digas.
-Pero es que no tengo ni seguridad ni confianza- Replico con la voz temblorosa. -Me va a tirar y me voy a romper los dos brazos. O las dos piernas.
-No te va a tirar, es una yegua muy tranquila. La más tranquila que poseo, de hecho.
-¿En serio? Pues no lo parece.
-Puede que la estés alterando con tus gritos- Comenta riéndose, pero a mi no me hace ninguna gracia.
Alexander decidió que ya era hora de que yo aprendiese a montar a caballo, porque según él era peligroso que no fuese capaz de subirme en uno sola sin que nadie me llevase. Dijo que aprender a montar me daría independencia, y se propuso conseguirlo antes de que me fuera de aquí.
Lo veo un poco complicado, porque llevamos casi tres semanas con las clases y continúo teniéndole mucho miedo. De hecho, pánico sería la palabra adecuada para definirlo. En cuanto la yegua comienza a moverse un poco más rápido me asusto y pierdo el control por completo.
-Sostén las riendas con más firmeza- Pide. -Tienes que hacerle saber cuál es tu voluntad.
-Lo intento- Me excuso. -Pero no me sale.
-Escucha, entiendo que sientas temor porque es algo que no has hecho nunca. Pero tienes que mentalizarte de que debes aprender a montar. Es una habilidad completamente necesaria para una princesa.
-Pues renuncio a mi título de princesa.
-Haley...
-Tú no lo entiendes, porque a ti se te da todo bien. Eres perfecto.
-Estoy lejos de ser perfecto.
-¿Qué se te da mal?
-Pues... La poesía, por ejemplo.
-A mí tampoco se me da bien la poesía, pero eso da igual.
-La pintura tampoco se me da bien. ¿Ves? No se me da bien todo.
-Bueno, vale, pero da la sensación de que se te dan bien muchas cosas.
-Eso es porque les dedico bastante esfuerzo y así logro mejorar en ellas. Es lo que debes hacer tú con la yegua.
-Pero no noto mejoría.
-Yo sí que la noto. El primer día no fuiste capaz de aguantar más de unos pocos minutos subida, y sólo avanzamos unos pocos metros. ¿Lo recuerdas?
-Desgraciadamente, sí.
-Pues a eso precisamente me refiero. Has mejorado bastante, aunque no te lo parezca. Sólo te falta... Enderezar la postura, mostrarte serena y guiar al animal con más confianza.
-O sea, todo.
-No seas pesimista. Lo vas conseguir, yo confío en ti. Sólo tienes que practicar.
-Pero... ¿Crees que lo conseguiré antes de irme?
-Creo que montarás de manera decente para cuando llegue el gran baile, pero debes continuar con ello en Cráteris. No puedes dejarlo, porque sino acabarás perdiendo toda la habilidad adquirida aquí.
Hablando del baile, en eso sí he mejorado bastante en este tiempo y ya me siento como si llevase años bailando al máximo nivel. La profesora me dedicaba miradas extrañadas todos los días antes de salir, hasta que por fin decidió hablar en privado conmigo al final de la primera semana.
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El linaje maldito (#2)
FantasíaDespués de la batalla que llevó a la caída del tirano rey Thomas, Haley por fin ha vuelto a vivir junto a su familia de manera normal, esperando poder reconstruir juntos todo lo que tenían hace una década. Sin embargo, mientras intenta encontrar su...