Capítulo 46

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Alexander

No voy a mentir, estas 6 semanas se me han hecho muy largas. Demasiado largas. No puedo pasar tanto tiempo sin ver a Haley. Bueno, supongo que como poder sí puedo, pero no quiero. Especialmente cuando se trata de algo que no es necesario, que podía haberse evitado.

Sé que desea con todas sus fuerzas que su familia acepte nuestra relación, y únicamente por eso acepté la estúpida idea de Mattheus. Sé también que él va a seguir sin aceptarlo, independientemente de que su hermana le haya dicho que quiere seguir conmigo. Lo vi en su mirada, y es algo que no va a cambiar con un simple período de reflexión.

Su opinión me resulta completamente indiferente, pero comprendo que a ella le importe, así que supongo que tendré que adaptarme y tolerarlo. Eso sí, no pienso mostrar ni un mínimo signo de respeto hacia Julen, porque la imbecilidad de ese señor me supera. Me será imposible darle un buen trato cuando lo vea, y espero que Haley lo entienda.

Bajo del caballo de un salto, y le dejo las riendas a los hombres que me han acompañado hasta Cráteris esta vez. Me dispongo a entrar directamente en el palacio, porque ya me he hartado de tanto secretismo y de tanta tontería. Voy a verla, y lo haré delante de todos si es preciso.

Los guardias de la entrada me detienen cuando me ven, amenazándome con sus armas, pero noto que un par de ellos me reconocen y empalidecen. Acto seguido desaparecen en el interior, supongo que para avisar a alguien. Le hago una seña a mis hombres para que no se acerquen, pues veo que ya están dispuestos a enfrentarse a los guardias velstanianos, pero no he venido con ánimos de hacerle daño a nadie.

-Quiero ver a Haley Antilles- Exijo.

-Eso no va a ser posible, señor- Dice uno.

-Te aseguro que sí va a ser posible.

-¿Quién es usted?- Pregunta otro.

-Soy Alexander Larssen- Revelo con tranquilidad. -Id a buscar a Haley ya, o lo haré yo mismo.

-Aléjese, señor Larssen- Pide, con la voz temblorosa.

-No tengo planeado hacerle daño a nadie, sólo quiero verla- Aseguro.

-No puede estar aquí, tiene que marcharse. Usted no es bienvenido en este Palacio.

Echo la cabeza hacia atrás, suspirando con molestia. Esta gente está colmando mi paciencia, que no es demasiada. Voy a verla, quieran o no, así que esta escenita únicamente está alargando lo inevitable.

-¿Es que acaso no me han escuchado?- Elevo el tono de voz. -Quiero ver a Haley, no quiero entrar en el Palacio. No supongo ninguna amenaza para Julen o para cualquier otro miembro de la familia.

-El rey no se encuentra en Cráteris.

-Sinceramente, me da exactamente igual dónde se encuentre. Él no me interesa en absoluto. Ya he dejado claro que sólo deseo encontrarme con la princesa, y ella también desea encontrarse conmigo.

-Eso no va a poder ser, porque...

-Alexander- El guardia es interrumpido por Mattheus, que llega justo en este momento. Supongo que lo han avisado los dos que se fueron hace unos minutos. -¿Qué haces aquí?

-¿Cómo que qué hago aquí? Hoy es 23 de junio.

Su expresión se transforma en una de sorpresa extrema. Lo había olvidado por completo. Había olvidado que hoy era la fecha del reencuentro.

-Es... es verdad- Se rasca la barbilla con nerviosismo. -Acompáñame dentro, por favor.

Me guía hacia el interior del palacio, que es tal y como lo imaginaba. Completamente insulso y falto de cualquier tipo de aura, a diferencia del mío, que gracias a la reforma que impulsé representa mejor la majestuosidad y el poder de mi familia, además de la inmortalidad de nuestro linaje. Aquí, en cambio, únicamente se percibe el eterno complejo de inferioridad de los Antilles, que no tienen buen gusto para decorar.

El linaje maldito (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora