13. Saichosuchus

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Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos. 

"En la ciencia, lo más importante no es tanto obtener nuevas ideas, sino deshacerse de las antiguas." - Isaac Asimov

Steve era mi seguridad, no importaba que estuviera pasando entre nosotros. Ningún otro abrazo se sentía tan especial, o tan confortable, o lograba hacerme pensar que todo estaba bien.

—Corazón, ¿puedes respirar conmigo?—susurró Steve, viéndome a los ojos—Necesito que te tranquilices.

—Ya, ya está todo bien—dije, pero no soltaba sus manos en ningún momento—No fue nada, solo fue un susto.

Habían pasado dos horas desde que llegamos a casa y no podía tranquilizarme. María llamó a Sam en el taxi, quien nos encontró junto a Steve, ambos listos para llamar a la policia, pero nosotras nos negamos.

—No hay ninguna prueba de que nos estuvieran siguiendo—dijo María, no sabía si para convencerlos a ellos o a si mismos—¿Qué van a hacerle? ¿Qué tal si es un borracho o un drogadicto que vive cerca del yacimiento?

—Sea como sea, no es bueno que se queden solas en el yacimiento—respondió Steve—Hablaré con el doctor Fury, siempre debe haber un alumno con ustedes.

—Vamos a perder el tiempo—me quejé—¿Cómo van a aprender si solo nos están cuidando?

—Harán mucho más que eso, pero María tiene razón y la policia no nos va a creer.

Bufé, más molesta de lo que me gustaría reconocer. Deseaba que tuviéramos una pista, o que la paleontología fuera realmente importante en este país como para que pusieran a agentes policíacos para cuidar el yacimiento.

—Odio que tods tengan razón menos yo—dije, cruzando los brazos—¡Uno esperaría que estudiar algo que no le importa a nadie lo hace invulnerable a la violencia!

Steve, Sam y María rieron, haciendo que yo frunciera más el ceño.

—Mientras trabajes con cosas de valor, tendrás que atenerte a este tipo de consecuencias, Nat—dijo Sam.

—¡Todo es culpa de Parque Jurásico!—escupí.

Mi esposo nos había entregado una cerveza a cada uno, con la esperanza de que el alcohol tranquilizara nuestros nervios. Las cosas entre nosotros dos se habían vuelto demasiado complicadas y eso era palpable cuando estábamos solos, así que ambos intentábamos entablar conversación con la otra pareja para que no se fueran, pero al final de la tarde, no nos quedó otro remedio más que despedirnos.

—Mañana temprano hablaremos con el doctor Fury—dijo María a modo de despedida—Y no te angusties demasiado, Nat. Tienes un hombre fuerte y valiente a tu lado para protegerte.

—¡Oye! ¡Yo puedo protegerme sola!

—No decías lo mismo cuando corriste al taxi—se burló, antes de abrazarme—Ya verás que todo estará bien.

Steve los despidió en la puerta, mientras yo me tiraba en el sofá. De repente me sentía tan cansada que solo quería cerrar los ojos y dormir, poder evitar pensar en cualquier cosa.

—¿Por qué me tuvo que pasar esto?

Sabía exactamente que era lo que necesitaba para olvidar, pero no estaba dispuesta a tener sexo con Steve de nuevo. Definitivamente necesitaba organizar mis sentimientos antes de que las cosas se pusieran aún peores entre nosotros.

—¿Esto qué? ¿Hablas de la persona que las observaba?

Maldije al darme cuenta que había hablado en voz alta. Steve se sentó en la cama, poniendo mis pies encima de sus piernas, como si no hubiera pasado nada entre nosotros. En ese momento lo envidiaba, quería dejar que los sentimientos se alejaran de mi corazón y simplemente disfrutar a la persona que tenía al lado, pero no era capaz.

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