Huesos de Amor | Romanogers AU

22. Arcocantosaurio

Disclaimer: Este es un AU (Universo Alterno) donde no hay Vengadores. Los personajes no me pertenecen, solo los que no reconozcan son míos. 

 La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades. (Sócrates)

El regreso a la vida normal en Raleigh fue terriblemente incómodo. Bucky intentaba que hablaramos, pero yo estaba muy dólida y, cuando me sentía así, era mucho más testaruda que de costumbre. Sin quererlo, el hombre al que llamaba esposo y mejor amigo, había golpeado donde más me dolía: haciéndome sentir que no era suficiente.

—Gracias por todo, colega—dijo Steve, cuando entramos a la casa—¿En verdad debes irte hoy?

Los escuchaba detrás de la puerta, pues me había encerrado en la habitación apenas llegamos. Seguía furiosa con Steve, pero no sabía que decirle porque no terminaba de aclarar mi mente. ¿Cómo podía tomar mi decisión? ¿Debía quedarme en Carolina del Norte o irme a Londres? ¿Qué haría con mi relación si me iba? ¿Steve aceptaría que siguieramos casados aunque no vivieramos en el mismo país?

—Tengo cosas que hacer, organizar mis pendientes antes de irme a Alemania.

Me limpié las lágrimas, confundida.

—Estarás cerca de Londres, si algo le pasa—dijo Steve, pero no volvió a hablar.

—Debes hablar con ella, no asumir las cosas.

No debería estar escuchando y lo sabía; pero ellos hablaban bastante alto, no podía evitarlo. Me repetí eso varias veces, sentándome en la cama y agudizando el oído.

—Con todo lo que está pasando aquí, tal vez sería lo mejor...el que se fuera, avanzaría profesionalmente en su carrera y no la amenazarían los saqueadores de yacimientos.

—¿Has pensado que eso puede no ser lo que ella quiere?—cuestionó James—¿Le has preguntado? Solo te enojaste y la acusaste, jamás te había visto dedicarle una mirada incriminatoria, al menos no una como esa.

Cerré los ojos, imaginándome que los estaba viendo. Steve fruncía el ceño, odiando como lo acusaban por algo que él no veía importante.

—Conozco a Natasha mejor que nadie y ella quiere ir a Londres—suspiró—Lo desea desde que era muy pequeña, irse a recorrer el mundo, conocer todos los dinosaurios posibles...

No podía seguir escuchando detrás de la puerta, si apretaba los dientes un poco más destrozaría mi mandíbula.

—¿No recuerdas que eso era algo que yo quería hacer contigo?—salí furiosa, acercándome a Steve y empujándolo levemente—¿No te has puesto a pensar que nada de lo que he deseado valdrñia la pena porque todo está atado a ti?

Volví a golpearlo, esta vez más fuerte. Odiaba lo que estaba pasando entre nosotros, odiaba lo que había pasado con el yacimiento, odiaba llorar enfrente de James; pero el cansancio y la frustración se apoderaban de mi. Las manos de Steve me sostuvieron las muñecas, evitando que siguiera lastimándolo.

—¿Cuándo vas a perdonarme, mi vida?—rogó—Tres días sin hablarnos es mucho tiempo.

—Recuerda no golpearlo demasiado, Nat—pidió Bucky, acercándose a la puerta—Sé que lo quieres mucho como para mandarlo al hospital de nuevo. Aún está herido.

Respiré profundamente, tratando de controlar mis emociones mientras escuchaba como se cerraba la puerta, James se despedía dándonos privacidad.

—¿Vas a seguir sin hablarme?—preguntó Steve.

Pude haberlo ignorado, pero había tanta tristeza en su voz que preferí no hacerlo. También, había aprendido que, cuando eres adulto, llega un punto en el que no vale la pena extender un drama que no te va a llevar a ningún lado.