𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚 ꒰ChanIn꒱
Bang odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargado, así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Yang Jeongin...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Se terminó, entonces?
Chan levantó la vista del libro que estaba leyendo, encontrándose con la triste mirada de Félix.
Se encogió de hombros, tratando de quitarle importancia, a pesar de que se sentía morir un poquito más con el pasar de los días. Ya se cumplía una semana desde que vio por última vez a Jeongin.
—No teníamos un futuro juntos —dijo, sin convicción—. Innie quería algo que...
Antes de poder terminar de hablar, Félix lo empujó con brusquedad.
—Ustedes y su maldito orgullo —dijo, enojado—, algún día eso les va a pasar la cuenta por completo.
—No sé de qué estás–
Félix volvió a empujarlo, arrugando los labios. Fruncía el ceño, con expresión irritada y llena de molestia
—Cállate, ¡sólo cállate! —Chan obedeció, nunca antes vio a Félix tan molesto con él—. ¡Me vuelve loco pensar que ustedes... que ustedes estén dejando ir algo tan lindo sólo por su maldito orgullo! ¡Jeongin te mintió, sí, ¿y qué?! ¡Te sigue amando! ¡Ese maldito idiota te sigue amando y tú igual lo amas!
—¡Las cosas no son fáciles, Félix! —protestó Chan.
—¡Claro que lo son, sólo que ustedes las hacen difíciles!
—¡Tú no has perdonado a Hyunjin!
—¡No puedes comparar una mentirita con un engaño, Chan!
—¡No fue sólo una mentirita! ¡Jeongin me mintió, me utilizó! —Chan hizo un gesto de dolor—. Me ha tratado como si fuera una mierda.
Félix se quedó en silencio, y por un momento, Chan creyó que se había ido. Sin embargo, luego de unos segundos, Félix se sentó a su lado, suspirando.
—Podríamos ir a una cita doble —dijo de pronto Félix con expresión enfurruñada.
Chan lo miró, confuso
—¿Qué?
—Maluma y yo —Félix lo señaló, pensativo—. Maluma me dijo que tenía un amigo, se llama José Álvaro, pero me ha dicho que todos le dicen J Balvin...
—¡FÉLIX!
Chan se sentó tras el escritorio con una expresión indiferente, chocando con la mirada de su jefe de carrera, quien terminaba de revisar un montón de papeles. El delegado de la carrera le comunicó que el profesor quería hablar con él, por lo que no podía negarse a eso. Aunque no sabía qué demonios quería, después de todo, entre ellos no existió nunca más que un trato cordial
—¿Cómo has estado, Chan? —preguntó el profesor Kwon, sonriéndole amablemente.
Bueno, ya sabe, mi novio y yo terminamos definitivamente, me he metido en peleas, me siento como si no fuera más que una rata miserable, lo normal.
—Bien —contestó, sin cambiar su expresión—. Disculpe, pero, ¿por qué me llamaba? Ya sabe, tengo un par de cosas qué hacer —como llegar a mi casa, acostarme y hundirme en mi miseria.
—Sí, no te preocupes, sólo tengo que darte una buena noticia —el profesor Kwon lo miró, extendiéndole un papel—. Mira, llegó esto hoy.
Chan tomó el papel, comenzando a leerlo. A medida que sus ojos seguían bajando, sus ojos se iban agrandando lentamente. Al llegar al final, levantó la mirada con expresión atónita
—¿Una... una beca...?
—En Estados Unidos, sí —terminó de decir el profesor, sin perder esa sonrisa—. Con tus notas perfectas y tus increíbles trabajos... Bueno, nos dieron una lista de cupos y puse tus datos para ver si quedabas. Felicitaciones, Bang Chan.
—Yo...
Chan seguía un poco aturdido, sin saber cómo reaccionar a lo que estaba pasando. Ganarse una beca nunca estuvo en sus planes, por lo que lo que le estaba ofreciendo ahora ponía todo patas arriba.
Sin embargo... Sin embargo, era claramente una oportunidad que no podía desperdiciar.
—Te estarías yendo el siguiente semestre, luego de año nuevo —prosiguió el profesor Kwon ante su silencio—, por lo que todavía tienes más de un mes para organizar todo. Lo bueno es que es una beca completa, te darán un dormitorio en el campus además de dinero para que puedas mantenerte. ¿No es genial, Chan?
—Sí...
Entonces, el breve pensamiento de Jeongin pasó por su cabeza.
Marcharse, dejar las cosas como estaban, sanar todo el daño que tenía en su corazón.
Nunca más ver a Jeongin.
Mordió su labio inferior.
—¿Puedo pensarlo? —preguntó con suavidad.
El profesor Kwon no perdió su sonrisa, sin embargo, notó como sus ojos se apagaban un poco.
—Claro que sí —respondió moviendo su mano, queriendo quitarle peso al asunto—. Puedes pensarlo todo el fin de semana, pero necesito una respuesta el lunes en la mañana a más tardar para comenzar con todo el papeleo —el mayor suspiró, borrando su sonrisa—. Piensa bien las cosas, Chan, estas oportunidades no se dan dos veces en la vida.
Chan asintió, teniendo claro eso
Y sabiendo también lo que pasaría si decidía marcharse sin mirar atrás, y a quien tendría que dejar en el olvido si se iba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.