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Su mamá estaba ya con un ataque de histeria mientras tomaba del vaso de su café, sollozando a pesar de que todavía no se fuera

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Su mamá estaba ya con un ataque de histeria mientras tomaba del vaso de su café, sollozando a pesar de que todavía no se fuera.

—Mamá, el avión no sale en dos horas —le dijo con exasperación.

—¡Cállate! —lloró, limpiando sus ojos—. ¡Vas a dejar a tu madre sola, triste y abandonada!

—Mamá, sé que te estás viendo con el vecino, las paredes de la casa son delgadas.

—Ay, al menos ya no tengo que darte esa noticia —su madre se limpió las lágrimas, echando su cabello hacia atrás en un gesto de diva—. Vamos, Jisung, arréglame que se me corrió el maquillaje.

—Como diga, señora.

—Y tú, narigón, ¿te sirvió la crema que te mandé?

—Sí, señora, ahora su culito es suavecito —contestó Félix, sonriendo.

—¡Félix!

—Suavecito y apretable —agregó Seungmin.

—¡Seungmin!

Chan ​no quería saber que se traían esos tres, así que sólo rodó los ojos. Vio por décima vez el boleto de su avión mientras su mamá iba al baño con Jisung, hablándole sobre maquillaje o algo así

—Creí que Jeongin vendría —dijo Félix de pronto, mirando por el enorme pasillo.

Chan sintió una punzada de culpa en su pecho.

—Nos despedimos anoche —mentira. No se habían visto desde la noche de Año Nuevo—. No quería venir, ya sabes... ya sabes cómo es Jeongin. Ahora estaría lleno de mocos y lágrimas.

Félix suspiró, negando con la cabeza, antes de mirar a Hyunjin.

—Iré a comprar algo para comer, ya vuelvo —dijo, marchándose.

Hyunjin refunfuñó una respuesta, todavía molesto, y Seungmin comenzó a estirarle las mejillas para tratar de relajarlo, aunque estaba logrando todo lo contrario.

—Recuerdo cuando eras sólo un mocoso gruñón y odioso —dijo Minho, fingiendo limpiarse una lágrima—. Ahora ya no eres más ese mocoso, pero sigues enano.

—Voy a matarte —murmuró Chan, distraído totalmente.

De alguna triste forma, también esperaba que Jeongin apareciera de pronto, se lanzara a sus brazos y le llenara el rostro de besos, chillándole al oído como solía hacer, riéndose y haciéndolo reír.

Pero sabía que era imposible, porque Jeongin seguía sin saber nada.

Y no importaba cuanto se lo repitiera, Chan no podía convencerse de que la decisión que tomó fuera la correcta.

❀❀❀

Jeongin ​bostezó, retorciéndose entre sus manos y viendo la hora antes de contestar a la llamada. Eran las diez de la mañana, ¿quién lo podía estar molestando

Novio de alquiler ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora