Capitulo 14

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Ella levanto su mano derecha y la dirigió hacia mi mejilla. En un rápido y nada complicado movimiento, la detuve sosteniendo su brazo y torciéndolo hacia la izquierda «tal como mi enorme y en ocasiones generoso hermano mayor me había enseñado a hacer» no mucho, pero lo suficiente para que quisiera considerarlo dos veces antes de tratar golpearme. Cuando lo hice, ella había comenzado a cambiar el gesto de su cara y yo me tomé la libertad de vestir mi mejor sonrisa victoriosa.

— ¡Suéltame Maldita! Ivetth respondió en un acto por tratar de salir con la suya. Claro que seguía sosteniendo su brazo sin ninguna piedad. Claramente, sin saber que más hacer, puede notar un par de expresiones nada comunes en su cara «¿Será posible que se atreva a llorar en frente de todos? ¿Arriesgándose a perder la última pieza de dignidad que poseía?»

Sin más propósito, finalmente decidí dejar libre su brazo. «No te engañes Elena. Tú no eres como el» Mi cabeza decía una y otra vez, condenándome a recordarlo por última vez «Bloquéalo Elena, Bloquéalo»

— Tócame, y juro que esa mano no volverá a tocar algo mientras estés viva — Dije como última advertencia y me marche junto con Rachel.

— Gracias por defenderme Rachel, de verdad no quería que todo esto pasara — Miré a Rachel esperando tener una respuesta concreta de su parte, mientras caminábamos alejándonos cada vez más de donde estaba Ivetth.

— No es nada, en realidad quería decirle un par de cosas a Ivetth — Respondió con una gran sonrisa y reí «Yo habría querido lo mismo»

— ¿Viste su cara? — Pregunté entre una carcajada.

— ¡Lo sé, dios! — Una carcajada de su parte me acompaño —... Espera, ¿A dónde vamos? — Preguntó deteniendo su paso —... El dormitorio esta por allá — Miré hacía donde había señalado y era verdad. La pelea había sido justo enfrente de nuestro dormitorio y ahora estábamos a unos 17 metros de ahí. Pero quería ir a la cafetería por algo para tranquilizar a mi estomago hambriento.

— Es verdad, pero mi Estomago. Estar. Hambriento. Ahora — Respondí y Rachel soltó una risita por haber hablado como todo un Homo Sapiens.

Después de ir a la cafería por un par de frituras. Caminamos de regreso a la habitación, esperando no tener que encontrarnos con la cara de Ivetth. Con nuestras oraciones en vano, Ivetth nos miró en un intento de alejarnos.

— ¿Ahora vienes a pedir perdón? — Preguntó con cara de sarcasmo. «Esta niña no se cansará, ¿eh?»

— ¿Te mencioné del enorme moco que tienes ahí? — Respondí ignorando totalmente su pregunta. Rachel no podía contener la risa y yo tenía que reprimirla.

Sin más reacción de parte de Ivetth, entramos a la habitación y automáticamente, nuestras caras se llenaron de horror y enojo.

Nuestra recamara estaba horriblemente desordenada y era obvio que alguien había entrado en ella. Rachel y yo no miramos y sabíamos la persona que se había atrevido a molestarnos.

— Ivetth — Dije para mí misma y sin más que esperar, salí de la habitación lo más rápido y pude para ver al trió de simios estando al lado de la fuente. Doménico, Paulina e Ivetth.

«Haz lo que tengas que hacer Elena. Es hora de dejarles en claro cual perra manda aquí» Me acercaba cada vez más, y a los 5 pasos. Ellos voltearon a verme metro antes de que llegara a ellos

— ¿Quién de ustedes fue el maldito perro que entro a mi habitación? — Grité con enojo.

— Largo de aquí perra — Dijo Ivetth mientras que Paulina y Doménico solo escuchaban.

Miss Movin' On (Zayn Malik Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora