Charlie.

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Mi dolor de cabeza era constante, punzante, y mi cara ardía. Esa escena seguía reproduciéndose en mi mente una y otra vez, como un mal sueño del que no podía despertar. Cada vez que abría los ojos, la cara de Ben volvía a aparecer, sus manos tocando mi cuerpo mientras yo le rogaba que se detuviera. Sus palabras resonaban en mi mente una y otra vez. Quería borrar cada centímetro de mi piel que había sido tocado por él. Me sentía sucio, atrapado en un ciclo de culpa y dolor.

¿Por qué había insistido en tener una conversación con él? Sabía que no reaccionaría bien. Sabía que intentar razonar con él era imposible. Pero aun así, lo hice. Insistí en ir, en enfrentarme a él. Qué ingenuo fui. Qué estúpido.

Mi estómago rugía de hambre y mi boca estaba seca, pero no tenía fuerzas ni ganas de moverme de la cama.
Estiré la mano para alcanzar mi teléfono. Al encender la pantalla, el brillo me cegó por un momento, obligándome a entrecerrar los ojos. Cuando finalmente pude ver con claridad, noté que la conversación con Ben estaba abierta. Había mensajes que no había visto, y al leerlos, mi corazón empezó a latir con fuerza.

Yo no había respondido a ese último mensaje. Y había sido enviado solo unos minutos antes de que Nick saliera de casa. Mi mente hizo clic de inmediato: Nicholas.
No lo pensé dos veces y marqué el número de Harry. Por favor, atiende rápido, me repetía, con el pulso acelerado.

— ¿Hola? —respondió rápidamente, y sentí un alivio momentáneo. Gracias a Dios.

— Harry, por favor, necesitas ir a casa de Ben lo más rápido posible —le dije, con la voz temblorosa.

— ¿Qué...? ¿Sucedió algo? —respondió, preocupado.

— Es Nicholas. Creo que fue a buscar a Ben. No sé lo que va a hacer, pero tengo un mal presentimiento. Por favor, Harry, yo iría, pero... no puedo.

— No te preocupes, ya voy para allá. Te llamo si pasa algo —respondió rápidamente, colgando antes de que pudiera agradecerle.

El nerviosismo me consumía. No sabía qué podría hacer Nicholas en su estado de ánimo actual. Me aterraba la idea de que pudiera meterse en problemas, de que las cosas se salieran de control, todo por mi culpa.
Cogí fuerzas y me levanté de la cama al sofá, mientras no dejaba de ver la pantalla de mi celular una y otra vez, esperando que sea Harry el que me avise que es lo que estaba pasando.

Sonó el timbre y corrí rápidamente a abrir la puerta, con el corazón latiendo fuerte en mi pecho, pero no eran quienes yo esperaba.

— ¡Charlie! —dijo Darcy, con una cara de preocupación al verme. —Dios mío, ¿estas bien? — ¿Tan mal me veo? Ni siquiera me había visto en el espejo, así que no tenía idea de cómo lucía.

— S-si —respondí nervioso, mientras ellas entraban al departamento— ¿Qué hacen aquí?

— Nick nos dijo que tenías fiebre y queríamos ver como estabas. ¿Qué te ha pasado en la mejilla?

— Oh, una estupidez. Me golpee torpemente —mentí. La mentira me dejó un sabor amargo en la boca, pero me aterraba contar la verdad. Ambas son amigas de Ben, y no quería que su amistad se arruinara por algo que, de alguna forma, sentía que era mi culpa.
Ambas se miraron de reojo.

— Charlie... —dijo Tara, con un tono lleno de dudas—. ¿En serio te golpeaste? ¿Nicholas te hizo esto? Mira, es nuestro amigo, pero si necesitas apoyo, sabes que estamos aquí...

— ¿Qué?, ¡No! —respondí rápidamente— Nicholas no me hizo nada, en serio.

— Charlie... —empezó Darcy de nuevo, con voz suave, pero antes de que pudiera continuar, la puerta se abrió de golpe y Nicholas entró con Harry detrás. Por un momento, me había olvidado completamente de lo que realmente estaba sucediendo.
Tanto Darcy como Tara se colocaron frente a mí, como una barrera protectora. Nicholas y Harry entraron, con la respiración entrecortada y la confusión en sus rostros.

rommies - Nick x Charlie - HEARTSTOPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora