Charlie - Junio.

462 42 14
                                    

Hace tres meses pasó aquella situación, y hoy iba a ser la última instancia, donde se dictaría por fin la pena que le darían a Benjamín. Llegar hasta este punto no ha sido nada fácil; ha sido una lucha constante. El abogado que nos asignaron, Alex Kinh, ha sido un verdadero apoyo. No podía permitirme contratar a uno por mi cuenta, así que estoy muy agradecido con él. Ha mostrado una gran paciencia conmigo, respondiendo todas mis dudas y guiándonos en cada paso del proceso.
Benjamín contrato un abogado privado, tratando de ganar el caso basándose en la golpiza que Nicholas le dio, pero nuestra defensa se centró en los cargos de abuso sexual agravado por violencia física, lo que dejaba a Benjamín con pocas posibilidades de ganar.

Nuestro escenario ideal era que Benjamín fuera encarcelado, pero Alex nos explicó que eso no era probable, ya que no hubo acceso carnal. Lo sé, es frustrante y doloroso, pero así es como funciona la justicia a veces. Alex nos recomendó que solicitáramos una indemnización económica, además de una orden de restricción para mantenerlo alejado.

El caso de Nicholas se resolvió mucho más rápido. Aunque tuvo que pasar veinticuatro horas en una celda, al final se le ordenó pagar los gastos hospitalarios de Ben y una compensación económica. Benjamin intentó llegar a un acuerdo, ofreciendo retirar su denuncia si yo retiraba la mía, pero Nicholas se negó rotundamente. Me insistió en que su padre cubriría los costos que fueran necesarios de su caso y me animó a seguir adelante con mi denuncia.

— ¿Estás nervioso? —susurró Nicholas, tomando mis manos entre las suyas, sus dedos acariciando los míos con suavidad.

— No tienes idea cuanto.

— Ese traje te queda increíble, por cierto —añadió, con una sonrisa juguetona mientras ajustaba mi saco con cuidado, coqueteando como siempre lo hacía. Rodé los ojos con una pequeña sonrisa, apreciando su intento de aliviar la tensión, pero sabiendo que no era el momento para sus juegos.

— Bien, luego de que lleguen Benjamín y su abogado, la jueza entrará y procederá a dar su veredicto final —. Dijo Alex, interrumpiendo, acercándose a nosotros con unos papeles en la mano—. Sepan que existe la posibilidad de que el fallo no sea el que esperamos, pero no debemos desanimarnos. Siempre podemos apelar si es necesario.
Aquello me puso aún más nervioso. Realmente quería ganar esto, necesitaba que se sepa lo que me hizo, que se arrepienta de ello. Por Nicholas, por mi, y por todas las veces que alguien más no pudo hablar.

Benjamín llegó junto a su abogado, con el rostro rígido e inexpresivo. Pude sentir la tensión en el cuerpo de Nicholas a mi lado, y la manera en que sus cejas se juntaron al ver a Ben. Aún tenía esa chispa de rabia, como si estuviera listo para darle una lección de nuevo.

— Éxitos —dijo Nicholas—. No importa que pase, siempre estaré a tu lado, al igual que toda la gente que te quiere.

— Lo sé —le respondí, sintiendo una calidez dentro de mí, a pesar del miedo que me oprimía el pecho. Me incliné hacia él y le di un beso suave en los labios, una despedida silenciosa antes de enfrentar lo que venía.

Entramos a la sala y luego de unos minutos, la jueza, una mujer seria y voz autoritaria, llegó a la misma. Se sentó en la punta de la mesa, dejando unos papeles sobre ella. El silencio de aquel lugar era abrumador.
Luego de ojear los papeles por unos largos minutos, levantó su mirada e indicó que iba a dar el veredicto.

— Después de revisar todas las pruebas presentadas, los testimonios escuchados y los argumentos de ambas partes —comenzó, su voz resonando con una claridad que silenciaba cualquier pensamiento en la sala—, junto a los fiscales de la causa, hemos llegado a una decisión final respecto al caso del señor Charles Spring contra el señor Benjamín Hope por los cargos de abuso sexual agravado por violencia física —sentí que mi respiración se detenía mientras ella hacía una pausa, su mirada firme dirigida hacia él— Se ordena una indemnización económica de 5,000 dólares al demandante, Charles Spring, por los daños causados. Además, se le impone al señor Benjamín una orden de restricción de acercamiento hacia el señor Spring, válida por dos años, que le prohíbe acercarse a menos de 300 metros de él, su lugar de trabajo o residencia. Finalmente, el acusado deberá cumplir con dos meses de trabajo estatal supervisado.

Suspiré. Sentí que una ola de alivio y justicia recorría mi cuerpo, aunque el sabor era agridulce. No iba a prisión, como esperaba, pero al menos la jueza había reconocido el daño que me había hecho y no quedaría impune.
El abogado de Benjamín comenzó a hablar con él en voz baja, pero pude ver cómo sus labios se tensaban, cómo la rabia contenida empezaba a manifestarse en su rostro. No importaba. Las consecuencias de sus acciones finalmente lo alcanzaron.

— Este caso queda finalmente cerrado —concluyó la jueza. La sala quedó en un silencio pesado mientras ella se levantaba y salía con paso firme. Benjamín, con una expresión tensa y frustrada, la siguió detrás sin mirar a nadie. Alex estrechó la mano del otro abogado, que también abandonó el lugar rápidamente.
Nos pusimos de pie, y Alex se volvió hacia mí, extendiéndome la mano. En lugar de eso, lo atraje para darle un fuerte abrazo. Sentí que necesitaba expresar mi gratitud de alguna manera.

— Gracias —le dije—. De verdad, gracias por todo.

Él asintió con una sonrisa tranquila, dándome una palmada en la espalda en señal de apoyo. Aunque no dijo nada, su expresión me lo dijo todo: había hecho un buen trabajo y estaba orgulloso de nosotros.

Nicholas estaba allí, esperando por mí, con una gran expectativa en el rostro. Mis ojos se encontraron con los suyos, y en esa mirada encontré la fuerza que necesitaba. Podía sentir mi corazón latir más fuerte, ya no de miedo, sino de alivio. Todo esto había terminado, y podía sentirlo sobre mis hombros.
Me acerqué a él con una gran sonrisa, y captó por completo el mensaje. Sin decir nada, nos envolvimos en un gran abrazo.

— Salvaste mi vida por completo —le dije, con un orgullo enorme en el pecho— no sé que habría hecho sin ti.

— Hey —se apartó un poco, aún quedando uno cerca del otro—, no te saques el crédito. Tú eres el que enfrentó esto, el que tuvo el valor de hablar. Eres increíblemente fuerte.— Lo miré, sintiendo un nudo de emociones en mi garganta, pero a la vez una ligereza que no había sentido en mucho tiempo.

— Creo que estoy un poco enamorado de ti —dije, con una tonta sonrisa en el rostro.

— Oh, genial, porque yo estoy definitivamente muy enamorado de ti —respondió, con la misma tonta sonrisa. Ambos nos perdimos en un tierno beso, suave, que se sintió como el fin de todo el mal, que por fin podría empezar a sanar.

Si, sin dudarlo, este es el amor que quiero experimentar el resto de mi vida.

rommies - Nick x Charlie - HEARTSTOPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora