Desperté por un maldito dolor en todo mi cuerpo, juro que pensé que me había arrollado un maldito auto, pero no, solo fue el ataque de Robert.
Me senté como pude en la gran cama que compartiría con Adrien, anduve como pude hasta el baño, donde claro vi una chica con el rostro pálido, un moratón en la mejilla derecha y el labio partido.
Ese maldito pagaría esto. Me lave los dientes, cepille con cuidado mi cabello y salí del baño. Lo gracioso de esto es que Adrien aun no aparecía.
- ¡Adrien! - grite para ver donde se encontraba.
- ¡¿Qué pasa, pequeña?! - entró corriendo en la habitación y podría decirse que acababa de llegar.
-¿Dónde estabas? -le pregunto de forma dulce y acercándome para darle un abrazo. - Me asuste un poco al despertar y no encontrarte...
- Salí a comprar tu medicina, pequeña, y a informar en el Instituto que no irás por una semana.. - me dice abrazándome por la cintura con mucho cuidado.
- Okay, lamentó si te asuste...
- No importa... - me dice dándome un beso en la frente. - ¿Quieres comer algo? Puedo decirle a Ross que preparé el desayuno...
- ¿Ross? - en serio llegue tan mal como para no verla, que mierda. - Olvídalo, claro...
Me da las pastillas para el dolor y me voy a dar una ducha larga y relajante, así puedo ver más claramente el moratón que tengo en las costillas.
Me doy un masaje con extremo cuidado mi cabello, todavía me duelen los tirones. Me pierdo totalmente en el agua, y es ahí cuando comienzo a llorar.
Sin sollozos, simplemente lloro, mi cuerpo se estremece cuando noto que llevo mucho tiempo duchándome. Salgo con cuidado y me envuelvo en una esponjosa toalla.
Me acerco al espejo y veo a una chica con un brillo en sus ojos, un brillo que a pesar de perder todo, tiene esperanza. Escucho unos golpes en la puerta y se que es Adrien, pues ahora vivo con él.
- Abby, no quisiera molestarte, pero tu primo viene en unas horas más. - ups, olvide a mi primo. Bueno, me vestiré rápido y como a mi me gusta.
- Claro, me vestiré de inmediato. - le digo abriendo la puerta y dándole un beso. - Ahora fuera, aun no me verás desnuda... - se queda en shock hasta que lo saco de la habitación.
Comienzo a buscar mi conjunto de ropa en la maleta, escogí unos jeans con una camisa negra y un suéter holgado en beige con mis botas beige.
Salgo de la habitación pensando hacia donde tendré que ir para llegar a la estancia, logro encontrarlo y voy bajando cuando veo a Adrien.
- Te ves hermosa... - me dice cuando estoy a su lado. - Juro que no se como me controlo... - murmura entre dientes, caminando a la, supongo, cocina.
- No tendrás que hacerlo por mucho... - le susurro al oído y ne voy hacia la barra del desayuno.
Me giró a verlo y su respiración es agitada, me siento en un taburete a ver el delicioso alimento. Son pequeños omelets con tocino y puré de papa. Delicioso, eso es todo lo que mi cerebro procesa, aparte de masticar y tragar, Adrien me mira con una sonrisa y veo su plato medio vació, miro el mio y solo me queda un poco, muy poco.
Me lo termino todo, ayudo a Adrien a llevar los platos al fregadero y estuve a punto de lavarlos, solo que Adrien me dijo que no y me arrastro con el a la habitación, me recosté un momento y me dijo que debíamos hacer algo para la noche, aunque yo no estaba en buenas condiciones acepte.
- ¿A donde quieres ir, pequeña? - no se porque me dice pequeña. "¿Sera por que eres un nomo? Idiota..." maldita perra del mal, ¿sera que él es un maldito poste de luz de 1.95? "Si, creo que él es muy alto, pero que sexy..." CÁLLATE, ES MÍO.
- Amm, no se, realmente no se me ocurre algún lugar al que podamos ir... - "perfecto, arruina el momento romántico" - ¿Tu tienes algún plan o idea? - le pregunto con un puchero y unos ojitos de perrito, no quise hacerlo sentir mal.
- Podriamos ir a cenar, si eso haremos. - me da un beso y se va a otra habitación.
Lo sigo y entro a supongo que es su estudio, lo veo hacer un par de llamadas y decido irme, esta ocupado y bajo a la cocina, busco algunas cosas para preparar una pasta.
Me pierdo pensando en todo lo que me ha pasado, tengo a Adrien conmigo, deje a Dilan, me fui de casa «lo que siempre desee» Al fin soy feliz.
Pero ¿A que precio? Deje todo por mi felicidad, puse todo de mi en ser feliz... y ahora estoy con Adrien, dandole todo y esperando que no lo tire a la basura.
¿Seria capaz de dañarme de esa forma? ¿Tiraria todo el amor que le di? No, estoy completamente segura que no haria eso, me ama y yo lo amo. Nunca me haria daño.
Escucho el timbre de la casa y camino para abrir, ante mis ojos aparece mi primo con una botella de vino tinto y otra de vino blanco.
- No sabia cual comprar así que traje los dos - me dice entrando y abrazandome.
- Vamos a la cocina, así me ayudas a llevar los platos a la mesa... - caminamos a la cocina y veo a Adrien bajar.
- ¿Que tal? - saluda a mi primo y los dos me siguen a la cocina para llevar los recipientes.
Adrien y Blacke hablan sobre futbol, mientras yo saco una par de copas de la alacena, los alcanzo cuando estan dejando todo en la en la mesa.
- Bien, ya vamos a comer. Muero de hambre... - dice Blacke haciendo gestos graciosos.
Comenzamos a comer entre risas y recuerdos, todo es maravilloso, es como si nunca hubieran pasado los años. Observo mi mano entrelazada con la de Adrien.
- Abby, Adrien. Quisiera pedirles que fueran mis padrinos de boda... - me atraganto con el vino.
- Blacke, nunca dijiste que te casarias. - tanto Adrien como yo, estamos en shock. - Claro que nos encantaria la idea, pero no conozco a tu prometida. ¿Que tal que no le ageado? - pregunte haciendo que los dos me miren con cara de "es un chiste, ¿verdad?"
- Llega mañana y siempre le hablo de ti, esta ansiosa por conocerte...
- Vale, nos conoceremos y estare encantada de ser su madrina...
- Dama de honor, de hecho. No tiene hermanas y te escogio a ti.
- Bueno, entonces terminemos de comer y así preparo algunas cosas para la boda. - les digo con una sonrisa y contunuamos comiendo.
Acordamos que se quedarian en la casa, así nos evitariamos un mal momento con Robert, todo estuvo perfecto. Como a las 6 de la tarde se fue Blacke.
Volveria mañana con su prometida, esto estara bueno; después de estar un rato mas en la casa, me aburri y convenci a Adrien de ir por un cafe.
Nos fuimos en su auto y conversamos todo el camino, hablamos de la boda, la comida, como me encontraba y resolvi algunas dudas de Adrien.
Bajamos del auto y estabamos caminando a la cafeteria cuando nos encontramos el auto de Kat, al parecer estaba por irse así que no la molestamos.
Entramos a la cafeteria, nos sentamos en una mesa apartada y pedimos dos cafes y una canasta de galletas.
Charlamos, nos reimos, jugamos, me conto lo que le paso después de que lo rechaze por accidente. Diria que volvieron esos dos niños.
- ¡Abby! - escucho el grito de Dilan y tiro la galleta que tenia en la mano. - Eres una maldita puta arrastrada... - me escupe con odio las palabras.
Antes de que pueda responder algo me toma del brazo y me tira de la silla, esperen no por favor. ¡Golpes ya no...!
El golpe nunca llega y cuando alzo la vista me encuentra a Adrien golpeando a Dilan.
- Paren, por favor. - susurro sintiendo las lagrimas bajar por mis mejillas. - ma levanto del suelo y me acerco a Adrien. - ¡Ya basta! - grito con lagrimas de impotencia.
Adrien se detiene a mitad de un golpe y después de gritarle muchas cosas a Dilan, se levanta y viene hacia mi.
Me abraza y saca dinero de su billetera, demasiado, lo deja en la mesa y nos vamos mientras Dilan sigue tirado en el suelo.
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Mejores Amigos...?
RomanceAbby Abernathy una chica de 17 años con toda una vida por delante, un mejor amigo que posiblemente ya no la quiera y una madre que nunca esta... Ella esta sola, en un mundo donde todo el mundo quiere estar con ella. Después de conocer a su mejor ami...