08

152 22 3
                                    

"Carta"

Todo había acabado, Camila se había recuperado de aquella noche en la cual había borrado a una persona de su vida esperando que fuera para siempre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo había acabado, Camila se había recuperado de aquella noche en la cual había borrado a una persona de su vida esperando que fuera para siempre.

Hace dos días que la mujer había teñido su cabello de rubio, la morena quería un cambio y decidió hacerlo con teñir el cabello. Además, es lo que todas las chicas hacen cuando quieren cerrar ciclos en su vida o en otras palabras un corazón roto.

Camila se encontraba haciendo castillos de arena junto a su preciosa hija la cual a pesar de su edad no le parecía aburrido o tonto hacer eso, además no intentaba hacer un castillo, intentaba hacer un auto.

Camila recibió una llamada la cual contestó— ¿Amor?

—Cariño, recuerda volver temprano para ir al concierto de Tay Tay con las niñas.— Camila soltó una risita— ¿Qué?

—Estaré ahí, cariño.

Y si, la morena había oficializado una relación con Luke Hobbs, un hombre que además de ser un gran amigo resultó ser el sujeto que cuidó sus heridas y jamás la dejó sola.

Además con sentía una gran paz, sentir algo así a veces le incomodaba, pero era algo que tenía a lo que acostumbrarse al fin y al cabo sería su nueva vida.

—¿Ya nos vamos?—preguntó Emma.

Camila asintió para levantarse junto a su hija y acercarse a sus amigos, los cuales se colocaron de pie para despedirse.

Román la abrazo fuertemente— Te quiero, Cam.

—También te quiero.—sonrió sintiendo una gran conexión con su mejor amigo— Visítame cuando desees, mis puertas siempre estarán abiertas.

Román asintió.

En la cárcel de Los Ángeles en una celda muy oscura y fría se encontraba Deckard, el hombre se la pasaba sentado la mayor parte del tiempo esperando su hora o algo así

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En la cárcel de Los Ángeles en una celda muy oscura y fría se encontraba Deckard, el hombre se la pasaba sentado la mayor parte del tiempo esperando su hora o algo así.

Él quedó con la idea de que por su culpa el amor de su vida había muerto, así que solo esperaba morir para pagar todos sus errores.

La mini ventana que tenía la celda se abrió dejando ver a Hobbs.— Hola muñeca, te luce el naranja.

—Púdrete.—soltó con desprecio.

—Camila había dejado una carta.—le mostró— Al parecerá era para ti.

Deckard se colocó de pie acercándose a la puerta— ¿En verdad murió?

Hobbs asintió, todo eso fue ordenado por la mujer sabiendo que ya no lo volvería ver. Todo estaba hecho, todo había acabado.

—Toma.—le entregó la carta— Deckard las tomó para después ir a sentarse— Oye, Hulk.

Hobbs lo miró— ¿Qué?

—¿Podrías llevarles unos lirios? Eran sus favoritos, ¿podrías?

Hobbs jamás llegó a pensar que el hombre le pediría algo así, jamás había visto a un criminal lamentándose, entregándose para pagar los errores que cometió solo por la mujer que ama o amo.

—Claro.—asintió— Linda vida, calvo.

Deckard, abrió la carta con sus manos temblorosas sabiendo lo que le esperaba.

Querido Deckard...

Si estás leyendo esto, entonces mi tiempo se ha acabado. Irónico, ¿no? La vida siempre nos puso a prueba, en una danza peligrosa entre la lealtad y la traición, entre el odio y... algo más que nunca supe si era amor o solo una obsesión enfermiza. Supongo que ahora ya no importa.

He pasado tanto tiempo cuestionando por qué me disparaste, por qué elegiste esa ruta cuando sabías que estaba dispuesta a darlo todo por ti, por nosotros. Pero, al final, lo entendí. Somos lo que somos, Deckard. Dos almas rotas, destinadas a colisionar y destruirse una y otra vez. No te culpo, no del todo. Hiciste lo que creíste necesario, tal vez porque en el fondo sabías que yo habría hecho lo mismo.

Pero, a pesar de todo, no puedo negar que fuiste importante para mí. Fuiste mi fuerza cuando la necesitaba y mi ruina cuando menos lo esperaba. Sin embargo, no me arrepiento de nada. Mi vida, nuestras vidas, estuvieron llenas de decisiones difíciles, de caminos peligrosos y, sobre todo, de momentos intensos que nadie más podría entender.

Ahora te dejo con algo que no puedes escapar: la culpa. Porque aunque te liberes de tus enemigos, nunca te liberarás de mí. Viviré en tus pensamientos, en las sombras de tus decisiones, recordándote lo que perdiste cuando me perdiste a mí.

Cuida de ti mismo, Deckard. O, mejor aún, no lo hagas. Tal vez un día nuestros caminos se crucen de nuevo, en otro lugar, en otra vida. Y cuando eso pase, espero que esta vez no nos fallemos.

Adiós, Deckard.

El hombre comenzaba a soltar un par de lágrimas y comenzó abrazar la carta que había hecho la mujer de su vida.

Hobbs aún no se había ido a escondidas había visto todo, cada expresión en su rostro, cada lágrimas y el sentimiento de culpa que comenzaba a cargar.

Para ambos su historia había acabado, pero olvidaban que el amor lo puede todo y cuando es necesario las almas gemelas vuelven a reencontrarse.

Deckard y Camila tenían como maldición reencontrarse cuantas veces fuera necesario hasta que aceptaran que debían estar juntos para toda la vida.

LOVE ON WHEELS- Deckard Shaw-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora