Deckard Shaw lleva una vida aparentemente tranquila junto a su esposa, la encantadora y enigmática Camila Harrison. Sin embargo, la serenidad de su matrimonio se ve interrumpida cuando Camila recibe una oferta irresistible para regresar a su antiguo...
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Camila había sido rescatada por el equipo de Don Nadie, la chica comenzaba abrir sus ojos mientras escuchaba las voces de sus amigos.
—¿Está despertando?—escuchó la voz de Brian.
—Parece que si.—la voz de Don Nadie se hizo presente— Es un milagro que esté viva, el disparo en el abdomen fue profundo.
—¿Quién es capaz de dispararle a la persona que llama "el amor de su vida"?—comentó Letty molesta por ver a su amiga en cama.
—Solo Deckard Shaw es capaz, Letty.—murmuró Camila en cuanto pudo abrir los ojos completamente— Fui estúpida, bajé la guardia pensando que sería capaz de hacerlo recapacitar. Yo soy la culpable de estar aquí tirada.
—No lo eres, Cam.— todos le abrieron paso a Dominic el cual se sentó al lado de Camila— Yo también estuve enamorado, se lo que sientes y se lo que intentaste.— Camila sintió como sus ojos se humedecían— Te debo una disculpa por no comprenderte, y prometo que lo pondré tras las rejas en cuanto lo encuentre.—contó— Por ti, por Han, por Gisele, por todos.
Camila se levantó con cuidado y con ayuda de Román para hundirse en un abrazo con Dominic— Gracias.—le susus— Y no te desanimes, en cualquier momento nuestra Letty volverá.—y al terminar de hablar decidió separarse— ¿Me puedo parar?
—En silla de ruedas.— Don Nadie mostró la silla y Camila puso los ojos en blanco.
Camila se acercó al resto de sus amigos los cuales estaban felices de verla despierta y viva.
Al parecer se encontraban en un taller, el taller de Safar.
Camila se acercó a Ramsey— ¿Dónde está? ¿Lo consiguieron?
—Estábamos esperando a que despertaras.—le mostró las computadoras ya conectadas al Ojo de Dios— Dame un segundo. — comenzó a teclear.
—¿Qué haces?—preguntó Román.
—Cazando, empezaré buscando en las torres. Ya que fue el último lugar en donde lo vieron.
—Ahí está.—señaló Camila— ¿Qué son esos números?
—Es el biomapa del rostro de Shaw.—explicó— La cotejará con cada cámara y aparato de audio en el emisferio.
Observamos como Deckard poco a poco se alejaba de Abu Dabi, aquel hombre se acercaba a su escondite y Camila hizo puño sus manos por la ira que tenía retenida.
—Es perfecto. Fábrica automatizada sin gente.—comentó Brian mirando las computadoras.
—Amanece en dos horas, y es cuando iremos tras Shaw.— Camila frunció el ceño— Vayan a cambiarse.
—Yo iré.— todos miraron a Camila la cual se levantó mientras soltaba una quejido de dolor por la herida del abdomen, la del hombro ni siquiera la sentía.
