Deckard Shaw lleva una vida aparentemente tranquila junto a su esposa, la encantadora y enigmática Camila Harrison. Sin embargo, la serenidad de su matrimonio se ve interrumpida cuando Camila recibe una oferta irresistible para regresar a su antiguo...
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Camila tuvo que dejar que su pequeña hija fuera a República Dominicana con Mia y Brian, para que un viejo amigo los protegiese.
Emma no quiso ir sola, pero esta vez Camila no daría su brazo a torcer, sabía que la niña estaría en peligro si iba con ella. Además no quería que descubrieran que tenía una hija y lo más importante es que esa niña se había convertido en su punto débil.
Camila había acompañado a Hobbs en el hospital mientras Dom viajaba a Tokio para resolver unos asuntos que se relacionaban con Han y su muerto a manos de Deckard.
—¿Por qué no contaste que fuiste esposa de este sujeto?—miró la fotografía de Deckard.
—No me pareció importante.—respondió tejiendo un poco— Y ahora tampoco es relevante.
—¿Estaban enamorados?—aquella pregunta descolocó a la morena.
—Supongo que como cualquier pareja.—contestó intentando no verse desanimada— Nos conocimos en un lindo bar, él estaba cazando a alguien y yo no lo había notado por lo tanto le empecé a coquetear.— sonrió— Fue una noche divertida.
—¿Por qué?
—Porque por mi culpa dejo escapar al hombre, perdió mucho dinero por eso.—Hobbs la escuchaba con atención— No lo volví a ver hasta después de una semana, un lunes apareció en mi puerta con un porche 911, mi auto favorito.
—¿Es el mismo auto que tienes?— Camila asintió— ¿Crees que él aún tenga una debilidad por ti?
—No.—respondió— Deckard vino por venganza por su hermano o eso creo.
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Todos se encontraban en el funeral de Han, Camila vestía un vestido negro y utilizaba unos lentes oscuros mientras miraba la fotografía de su amigo.
Observó como Dom dejaba una fotografía de Gisele junto a la foto de Han. Camila sabía que ambos vivirían en ellos ya que jamás serían olvidados, ambos habían sido importantes no solo para ella si no que para todo el equipo.
